—He de decir que, cuando deserté de la S.L.S., no tenía intención de inmiscuirme en nada que tuviera que ver contigo, con tu amigo o con tu hijo —comenzó a decir en un tono de voz grave y bajo.
Al escuchar sus palabras aparté mis ojos de los suyos sintiéndome dolida. Realmente, me hubiera gustado escucharle decir que había sido tanta la crueldad que había visto, por parte de Krauster hacia nosotros, que no fue capaz de seguir al lado de ese psicópata; sin embargo, sus palabras estuvieron demasiado lejos de contener aquello que me hubiera gustado escuchar.
—No te ofendas, Enyd —añadió y giró su rostro hacia a mí para mirarme fijamente—, pero tú y tu amigo no me importabais lo más mínimo... —Aparté, una vez más, mi mirada de Blasset. No me sentía capaz de mirarle a los ojos, a pesar de que, en cierto modo le comprendía. Nosotros no éramos nadie para él, nosotros no significábamos nada en su vida ¿Para qué arriesgar su vida por nosotros?—. Vuestras desgracias no formaban parte de mi vida, por lo que no eran de mi incumbencia y no tenía el más mínimo interés en ayudaros. Si abandoné la S.L.S. fue porque no estaba dispuesto a seguir trabajando para una persona como Krauster después de todo lo que acababa de descubrir que estaba realizando con los seres humanos, con las personas. Yo estaba dispuesto a trabajar para él y a protegerle de cualquier amenaza, pero no a cualquier precio, por eso le di la espalda. Sin embargo, en mis planes no entraba el echaros una sola mano. Pero —prosiguió—, cuando me estaba alejando y dejando toda esa mierda atrás, el rostro de mi hermano pequeño irrumpió en mi mente. No era un simple recuerdo, era como si me quisiera decir algo y su presencia se hubiera materializado en mi mente... —Blasset guardó silencio durante unos segundos en los que inspiró profundamente. Parecía que el recuerdo de su hermano le causaba demasiado dolor, un dolor que ni Matthew ni yo parecíamos entender por el momento—. Hace cinco años perdí a mi hermano —nos informó justificando el porqué del dolor que venía acompañando a su recuerdo—. Él era bombero en Nueva York. Un día, como otro cualquiera, estaba en mitad de un rescate dentro de un edificio, de Manhattan, en el que unos terroristas habían puesto una bomba. La bomba había estallado y la estructura del edificio había quedado demasiado dañada, había riesgo de derrumbe inminente pero había supervivientes atrapados en el interior del edificio a los que había que rescatar a cualquier precio... Mientras los bomberos efectuaban el rescate de los pocos supervivientes que quedaban en el interior del edificio, este se derrumbó... Mi hermano pequeño aún estaba dentro cuando el edificio se vino abajo.
—Lo siento —dije en un susurro ocupando la breve pausa que había realizado Blasset antes de proseguir con su trágica historia.
Matthew se mantuvo en silencio aunque su rostro mostraba la amarga tristeza que le estaba causando la historia que Blasset nos estaba revelando.
Blasset negó con la cabeza ante mis palabras e inspiró profundamente antes de continuar con el relato:
—Sacaron el cuerpo de mi hermano, de entre los escombros, varias horas después —prosiguió—. La esperanza nació en nosotros cuando descubrimos que no estaba muerto pero, tal y como esperábamos, estaba demasiado herido, y sus lesiones eran de carácter extremadamente grave. Hoy sé que él, realmente, estaba agonizando... Sin embargo, mi familia y yo nos negamos a ver la realidad y nos aferramos desesperadamente al hecho de que no había muerto, de que aún estaba vivo... A pesar de que respiraba y su corazón latía, los médicos, delicadamente, nos hicieron saber que no había esperanzas para pensar en su supervivencia. Krauster —al pronunciar su nombre el odio inundó notablemente su tono de voz, el mismo tipo de odio que yo sentía en mi interior—, era un buen amigo de mi padre. Nos juró intentar hacer todo lo que pudiera para asegurarse de que Kevin, mi hermano, sobreviviera... Kevin fue llevado directamente al quirófano para ser sometido a una operación a corazón abierto de carácter urgente... Horas más tarde, Krauster nos dijo que no había logrado superar la operación... Kevin, mi hermano pequeño, había muerto...
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Dark Wings - El Origen
AcakDe algún modo, era como entrar en medio de una guerra, en pleno siglo XXI, y hacerlo portando contigo las armas más obsoletas que existan... Podrás intentar sobrevivir, podrás emplear todas tus fuerzas en hacerlo, podrás enfrentarte directamente a l...