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Lo metí como pude dentro de aquel taxi ante la mirada escéptica del taxista, quien no dejaba de ver por el espejo retrovisor como si dos locos se acabasen de subir a su taxi.

__¿A dónde se dirigen, por favor?.

Me quedé un rato callada intentando pensar que hacía con aquel ser inerte que a penas mostraba signos de vida.

__Se que le va a sonar un poco raro, y no le juzgo... Pero deme solo unos minutos a ver si consigo averiguar dónde vive __.contesté con voz débil y acongojada.

El taxista exhaló aire a modo de suspiro intentando mantener la calma. No le inspirabamos mucha confianza.

__ De acuerdo señorita, pero el cuentakilómetros está en marcha, no se demore demasiado ...por su bien.

__A ver, estatua ¿vas a decirme dónde vives?__. lo moví un poco para ver si reaccionaba, pero apenas emitió un gruñido.

Volví a zarandearlo otra vez con más insistencia, lo cierto es que no sabía si llevaba suficiente efectivo encima...aunque afortunadamente nunca salía de casa sin mi tarjeta de crédito, yo era una persona demasiado despistada y casi siempre iba con los bolsillos vacíos de dinero.

__¡A ver Carajo!...¿dónde narices está tu cueva, tu ataúd , tu guarida, tu loft?....¡¡argggg tu casa joder!!!.

Empezaba a estresarme.
Pero resultó totalmente inútil, estaba en estado catatónico , y los vapores del alcohol de su respiración al expulsar el aire estaban hasta mareándome.

El taxista seguía mirándonos de reojo y esa situación se empezó a hacer demasiado incomoda , así que sin pensarlo realmente bien , decidí optar por la solución más fácil y arriesgada ...llevarlo a mi casa.

Le di mi dirección al taxista y en el trayecto que duró unos diez minutos traté de pensar en cuál iba a ser el siguiente paso por qué no tenía ni idea de lo que iba a hacer con ese individuo, y lo que era peor, saber si era una persona fiable como para meterlo entre las cuatro paredes de mi casa.

Cuando el taxista llegó a mi casa, por un segundo se me pasó por la cabeza el dejarlo allí dentro del taxi y echar a correr para dentro de mi casa ...pero sería inútil pensarlo por que jamás sería capaz de hacer tal cosa ...ojalá a veces no fuera tan sentimental y pensara más con la cabeza que con el corazón.

Al final tuve que pedirle ayuda al taxista para poder meterlo dentro de casa porque era como cargar una pesada piedra , un peso muerto que no hacía ni el más mínimo esfuerzo por ayudar un poco en el traslado.

Lo tiramos literalmente encima del sofá de mi salón y así tal cual cayó, tal cual quedó, ni se inmutó el pobre.

__¡Diablos como pesas, condenado !
__ .mascullé mientras trataba de recuperar un poco el aliento.

Lo acomodé un poco mejor y le puse una manta por encima, aunque tenía claro que seguramente no era frío lo que tenía , por qué sus mejillas coloradas me indicaban todo lo contrario.
No pude evitar pararme un minuto a observarlo, hasta ese momento no había tenido mejor oportunidad que ahí.

Tenía la piel muy blanca, a pesar de sus coloretes y el cabello negro como la noche, despeinado como si hubiese peleado con tres gatas rabiosas.

__¿Y ahora que hago yo ?__. Pensé mientras rascaba mi cabeza, indecisa de saber lo que iba a hacer como siguiente paso.

Como mi imaginación había desaparecido por arte de magia decidí que lo mejor sería ir a darme una merecida ducha, ya que había salido a correr para despejar mi mente y la había traído de vuelta cargada de conflictos y preguntas.

Después de una media hora de ducha, salí del baño completamente renovada, de más está decir que había puesto el cerrojo, por si acaso ... No es que me creyese una diva a la que desearía cualquier hombre, pero ... Prevenir nunca estaba de más y yo ...era una persona muy desconfiada. Aún más, teniendo a un desconocido en casa con malas pulgas.

Bajé despacio las escaleras, sin querer hacer demasiado ruido, pero aunque hubiese caído una bomba justo encima de la casa estoy completamente segura de que no se hubiese enterado.

Seguía en la misma postura y posición que lo había dejado. Relajado y tranquilo, así que decidí dejarlo estar y preparar algo de desayuno, pues al salir apenas había tomado un par de galletas porque me sientan mal los líquidos antes de correr.

Mi desayuno de los domingos era un tanto especial, ya que el resto de la semana apenas tenía tiempo de pararme, las clases de mañana y el trabajo de tarde hacían de mi vida un completo caos.

Zumo de naranja, tostadas con mantequilla y un poco de fruta. Desde siempre he odiado las cosas dulces y el cacao era una de ellas, y por desgracia el café tampoco era santo de mi devoción, su simple olor ya provoca malestar en mi estomago.(nunca dije que fuese una persona normal ).

Con todo esto ya eran las 10 de la mañana, ya mis tripas rugían y el esfuerzo estaba haciendo mella en mí.
Me senté en la mesa y empecé a desayunar, pero aún no había dado un mordisco a mi tostada cuando una voz ronca sonó detrás de mí, en la puerta.

__¿Dónde diablos estoy ...y tú quién eres?

Me di la vuelta con cara de indiferencia y segura de mí misma.

__Me llamo Anne, estás en mi casa, en mi sofá , y tú estabas borracho tirado en el parque.

__No recuerdo nada ...¿no te habrás aprovechado de mi?

__¡Pero tú quien te crees que soy yo !!__

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__¡Pero tú quien te crees que soy yo !!__. Le grité haciendo aspavientos con las manos , haciendo que la tostada se me cayese de la mano .

__¡Y tú quien te crees que eres...!, ¿te crees tan irresistible como para que se tengan que aprovechar de ti?.

__A ver, no te enojes, suelo ser muy sincero y sé que estoy de muy buen ver, sólo lamento que de haber sido así no me haya enterado de nada .__ y con la misma se echó a reír débilmente.
Agarré la otra tostada que tenía en el plato y sin pensármelo se la lancé a la cara ....

No te dejaré caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora