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8. Una solución, un problema.


Desde enana siempre le he tenido cierto cariño a los atardeceres. Ver el cielo teñirse cada día de distintos colores mientras el sol se oculta para dejar brillar a la luna... ¿Hay algo mejor que eso acaso? Además, me recuerdan a Christophe.

Chris siempre ha defendido a la naturaleza y está en varios clubes sobre el medio ambiente. A veces puedes verle con una cámara para poder captar cada momento del atardecer. Otras, madrugando para asomarse a su terraza propia y observar el amanecer. E incluso saltándose un par de clases para ir a la playa y recoger la basura que la gente tira, y si no es ahí, en plena naturaleza.

Y por si eso no fuese bastante, adora a los animales con toda su alma. Siempre se gasta su paga en comprar comida para alimentar a los pobres animales callejeros, importándole bien poco si están sucios, tienen pulgas, están enfermos, etc. Cuando vas caminando con él por la calle y se encuentra a un perro doméstico se para exclusivamente para acariciarle –que al dueño le moleste o no ya es otro asunto –Y tiene como dos perros, tres gatos, no sé cuántos peces y tortugas. Sus padres están indignados con él por eso, pero a Chris le da exactamente igual.

¿Y por qué me recuerda un atardecer a Chris? Aparte de porque casi siempre está con una cámara para captarlos. Bien. Hace un par de años, en la ESO, compartimos clase con una chica suicida. A pesar de que intentamos que se uniera a nosotros, ella se negaba porque insistía en que esa soledad que tenía dentro de ella nada ni nadie podría eliminarla. Chris un día la sacó a bailar en medio de la clase y le dijo; "Todos nos sentimos así de vez en cuando. ¡Incluso el sol se oculta tras las montañas o el mar para estar solo!" Luego añadió que solo incluye la palabra sol y que por eso pensaba así, pero la chica no le hizo ni puñetero caso. Se suicidó dos días después.

Estoy nerviosa ya que me estoy dirigiendo al lugar de ayer a la noche. Como después de la quedada con Alan no me había quedado más remedio que volver a casa y al estar a las afueras se encuentra cerca del lugar de encuentro, no me preocupa en absoluto si tardo o no en llegar. De todas maneras, no nos dijeron una hora concreta. A la vez que ando, observo con atención el anochecer.

Y finalmente, llego. Las horribles casas en mal estado esta vez sí que parecen estar abandonadas, ya que a diferencia de ayer, ni una tiene luces encendidas a pesar de que el sol ya no está. Eso me irrita, ya que en las películas de terror cuando crees que estás sola resulta no ser así ni de lejos, y me da a mí que ese podría ser el caso actual.

Por lo tanto, marco con rapidez el número de Normand para que venga de una vez. Para mis adentros rezo para que me lo coja, ya que siendo como es podría haber cometido una locura él solo y haberse arriesgado. Imaginarme que está muerto me hace entrar en una depresión imaginaria, ya que no tendría forma de afirmarlo hasta que viese el cadáver. Normand siempre me lo ha dicho; "Nunca des por muerto a alguien a no ser que veas su cadáver".

-¿Alessia?-Por el tono en el que dice mi nombre, hay oculto un "qué quieres". Suelto un suspiro de alivio al escucharle pero de tal forma que él no lo note.

-Te llamaba por el tema de...bueno, ya sabes. Estoy en el lugar, ¿te digo dónde es?

-No hace falta.

-¿Cómo que no...?

Normand sale de la casa de enfrente. Abro la boca, sorprendida, y cuelgo la llamada ocultando el móvil en mis bolsillos.

-No me digas que ya ha movido él los hilos...-murmuro para mí misma mientras se acerca, pero como no estoy sola no puedo darme el lujo de hablar en voz alta así que, al tenerle enfrente de mí, me cruzo de brazos con una ceja arqueada-¿Por qué estás aquí?

-La madre de Béatrice vino a mi despacho diciéndome que la policía sabe con exactitud el lugar verdadero donde desapareció Christophe. Dice que es demasiada casualidad que tú y yo estuviésemos en ese lugar y que quería saber la verdad desde mi punto de vista para no decepcionarse-mientras yo me pongo blanca de disgusto, él parece estar más contento con el tema-¡Pero no te preocupes!

-¿¡Cómo quieres que no me preocupe!?-Alzo la voz pero no lo suficiente. Tras eso, suelto un resoplido que levanta un mechón de pelo que se me había puesto en medio de la cara-¡Lo único que nos faltaba ahora es que la policía sospechase de que nosotros lo hemos secuestrado!

-Le he pedido un favor a ciento ochenta y tres.

-Normand, te he dicho bastantes veces a lo largo de nuestra estancia juntos que no me digas números extraños. Dime un jodido nombre, ¡si no conoceré a ese mafioso seguro!

Por la expresión de Normand, esa que todo el mundo pone cuando quiere decir "bueeeno..." pero sin palabras, me extraña hasta tal punto que empiezo a notar que quiero saber con urgencia el por qué, aunque en el fondo lo sepa.

-¿Quién es?-Pregunto, desganada-¿Qué más dará que lo sepa o no?

-Es alguien que conoces bastante bien...Además, es secreto de profesión. Si me tengo que meter en el jodido papel de mafioso, no puedo hacer nada más. Si nosotros nos identificamos por números, lo haré con todo el mundo, ¿comprendes? No puedo arriesgarme a saltarme esa ley.

-Vale, ¿y qué favor le has pedido?-Inquiero, turnando mi vista entre él y los alrededores por si se da el caso de que intentan pillarnos por sorpresa.

-Que hackease el sistema de vídeos. Tú y yo esta noche vamos a ir a que la cámara nos grabe y va a dar la sensación de que Christophe nunca estuvo ahí y que jamás hubo un cadáver. El original será borrado y pan comido.

-¿La policía no será capaz de detectar eso?

-¡Qué va! Esta persona es experta en burlar a la policía...además, tiene sed de venganza. El problema de todas formas no es ese, Alessia.

-¿Cuál es, entonces?

Por cada solución surgen más y más problemas, y eso es lo que no me gusta de todo este asunto. Si solo han pasado dos días desde que Chris desapareció y mi vida está hecha un caos... ¿Dentro de cuatro días, qué? ¿Será acaso la fiesta del humor? Porque a mí no me hace ni puta gracia.

-A lo mejor esa persona me dice que debo ayudarla para ir contra a la policía. Como agente del FBI que soy, por mucha apatía que le tenga a esa gente...no podría hacerlo. Alizée está entre esa gente y como te dije, me gusta. Me gusta de verdad.

-Pronto dejará de gustarte porque como no nos digas lo que queremos saber, probablemente no pases de esta noche.

Normand se mantiene totalmente indiferente fijando sus ojos en mí, pero yo no puedo evitar girar la cabeza para ver al chico que me amenazó ayer a la noche, con una sonrisa juguetona pero a la vez perversa en su rostro.

-Tú, y claro...ese tal Christophe.

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora