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22. El número uno.

No tardó mucho en hacerse de noche, o al menos, esa es la impresión que me dio a mí. Quizá todo lo que había sucedido hoy (despertarme en el hospital, que el padre de François sea un gran amigo de Normand y que también pertenece al FBI, que Yvette me atacase, una nueva nota y la desaparición de Christophe y de Normand) me había hecho perder la noción del tiempo.

Creo que ni siquiera soy consciente de lo que estoy haciendo. Bueno, sí que soy consciente, pero lo que quiero decir es que estoy medio atontada. ¡Estoy pensando demasiado y parece que estoy en la luna! No hablo en voz alta de milagro.

-¡Ay!-Exclama Adam saltando a la pata coja a la vez que se agarra un pie.

Si no fuese por Alan, sí que estaría en la luna todo el jodido rato.

-¡Pero no grites!-Le reprendo bajito.

Él me lanza una mirada de incredulidad y deja de saltar, colocando el pie que estaba en alto en el suelo. Pone los ojos en blanco y se pega a la pared, soltando un bufido.

-¡Pues no me pises!-Me recrimina él.

-¿Te he pisado?-Al preguntarlo, asiente muy rápidamente y no puedo evitar hacer una mueca con los labios-Ups. Perdona.

-Podrías, uhm, no sé... ¿Espabilarte?

-Perdona-vuelvo a repetir, respirando hondo-¿Y qué tienes planeado para salir de aquí, chico que "se gana a la gente"?

Habíamos logrado esquivar a las pocas enfermeras que estaban de guardia por los pasillos, pero el problema se encuentra justo a la puerta de salida. Recepción se encuentra ahí, y hay una chica observando algo en un ordenador.

-Bueno...tú solo estate atenta, que te haré una señal.

-No conoces a esa chica.

-Oh, ¿quién ha dicho que no?-Sonríe con picardía y me deja sola.

Se acerca con total tranquilidad hasta recepción y apoya ambos brazos en el mostrador. La chica alza la mirada y abre la boca, sorprendida. Se levanta de la silla giratoria negra y aparentemente cómoda y se para enfrente de mi primo.

-¿Pero qué haces aquí?

-He venido a verte, María.

Comprendo al instante por qué me ha dicho Alan que sí la conocía, y es que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que la chica tiene un acento español y tiene un nombre demasiado común de ese país.

Esa chica es el ligue español de Alan.

-Quedamos en que lo mejor sería que no nos viésemos más.

¿Y él me dijo que la tenía en el bote el otro día? Ja.

-Lo sé-le acaricia la mejilla y desde donde estoy soy capaz de ver cómo se estremece-Pero...te echo de menos.

-Te recuerdo que tengo novio...

-Sh-le calla él, rozándole los labios con sus dedos-No tiene que enterarse de esto...

La atrae hacia él y la besa. Ella no parece oponerse y se lo sigue con furor, por lo que Alan se ve forzado a poner la misma pasión. Me hace una señal con la mano y corro como una condenada hacia la salida.

Al estar fuera, respiro hondo y me llevo una mano al pecho. Voy con la ropa del hospital, pero como es de noche Alan y yo estamos de acuerdo en que apenas habrá gente por la zona del hospital, por lo que no nos preocupa en absoluto.

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora