26

247 32 23
                                    


26. Charla.

ALESSIA/NICOLE.

-Te entiendo perfectamente, que lo sepas-me dice alguien al que no logro reconocer ahora mismo-Al principio duele un poco, pero se te pasa. Los médicos de este hospital, aunque a veces no lo parezca, hacen un gran trabajo.

Abro los ojos y veo a François sentado en un sillón. Intento sentarme, pero me duele tanto la herida que acabo quedándome tal y como estoy.

-Qué...qué haces aquí.

Ni siquiera soy capaz de entonar la pregunta, por lo que suena a una orden. A François parece darle igual. Quizá sea porque como él dice, me entiende perfectamente.

-Cuidarte.

-E...eres tú el que debe de cuidarse. La persona que me disparó...la persona es...

La puerta se abre y Béatrice entra con un ramo de flores. A su lado está Yvette, que al verme corre para darme besos en toda la cara sin parar. Sin recordar que aún me duele un poco la cara por su culpa, aunque no quiero mencionárselo porque me parece un gesto muy feo por mi parte.

-¡¡Menos mal que estás bien!! ¡Cuando Béatrice me llamó contándomelo casi me caigo al suelo del susto!

-A mí me lo dijo mi madre. No sé quién te habrá disparado, pero haremos lo posible para que vaya a la cárcel, te lo prometo.

-Tú...t...t...

-Lo sé-me interrumpe, con una sonrisa endemoniada que solo yo puedo ver-Haré que nadie se entere de esto. Chicos, ¿podéis dejarme a solas con Nicole?

-No...no...

-Nicole, ya sé que no quieres que lo haga a mi manera, por eso vamos a planearlo tú y yo.

No sé si es porque aún estoy medio drogada, pero me cuesta demasiado hablar. Cuando más lo puto necesito, me cuesta hablar. ¡Me da rabia! ¡Me da rabia porque no puedo advertir a François y a Yvette del peligro!

-Estaremos en la cafetería-dice Yvette, mirando a François para que se levante-Cuando salgas de la habitación, dímelo, porque debo comentarle algo a Nicole.

-Además, a mí no me hace mucha gracia dejarla sola-murmura François, mirando con cierto asco oculto a Béatrice.

François se levanta y aúno todas mis fuerzas para agarrarle la mano. Él se sorprende –posiblemente porque he estado renegando de él desde que le pillé poniéndome los cuernos –y me mira durante un par de segundos escrupulosamente, intentando descifrar lo que quiero decirle.

Pero me suelta la mano. Por primera vez en estas casi dos semanas quiero tenerle cerca porque Christophe ha desaparecido y François fue el segundo chico más importante para mí. Si Chris no está, debe de ser él.

Aunque yo no puedo hacer nada, e inevitablemente, se va. Béatrice se acerca al gotero que está conectado a mí y pasa las manos por él.

-Tengo un micrófono puesto en esta habitación. Como te atrevas a decirle algo a François o a Yvette, juro que lo que entrará a tus venas desde el gotero no será agradable para ti.

Me acaricia el pelo con ternura como si fuésemos mejores amigas otra vez y se va de la habitación. Respiro hondo un par de veces e intento levantarme, pero sigo con las fuerzas menguadas. No puedo hacer absolutamente nada. Me siento inútil. Y seguro que es por culpa de Béatrice. Ha debido de hacerme algo más...Seguramente con el gotero.

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora