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14. Desconfiar.

Mientras pienso, mis ojos totalmente evadidos de la realidad miran fijamente las gotas que se dejan resbalar por la ventanilla del taxi en el que me encuentro.

¿Buscar al padre de Alan? En un caso muy remoto de que se le pudiera encontrar... ¿Cómo podemos saber con seguridad que sabrá algo sobre la supuesta hermana de mi madre? El padre de Alan es hermano de mi verdadero padre. Igual que Alan dijo que Normand no tendría por qué conocer a la hermana de mi madre del todo, su padre tampoco.

En tal caso, hasta Normand podría saber más que el padre de Alan. Pero Alan, que parece haber heredado –al igual que yo – una cabezonería extrema, me ha dicho una y otra y ootra vez que no, que él prefiere encontrar a su padre. Y en el fondo le comprendo porque sé que desapareció, pero...Es de mi madre de quien estamos hablando.

Respiro hondo y cuento hasta cinco mentalmente. Yo misma sé de sobra que no es el momento adecuado para reconcomerse la cabeza. Debo pensar en qué decirle a Niko cuando le vea por el tema del estúpido juego.

Un secreto importante ha sido descubierto, así que a este ritmo podrían desvelar también el otro.

-Es aquí-me dice el conductor del taxi, con un tono de voz un tanto elevado-Son seis con setenta y cinco.

Le pago lo que me dice y salgo del taxi. Nada más cerrar la puerta, el conductor arranca y en cuestión de segundos ya no le veo ni escucho. Estoy completamente sola en una zona que no sé cuál es y de la que no sé cómo volveré a mi casa.

O al menos, creía que estaba sola.

Un hombre al que solo he visto una vez –y no en persona –aparece de entre la oscuridad de la noche y se aproxima a mí a pasos gigantescos. Es un hombre fortachón y demasiado alto para mi gusto. Demasiado peligroso.

Es el mismo hombre al que vi a través del Skype, así que no me queda ninguna duda de que es Renee quién le ha mandado a recibirme, pero... ¿Dónde está Niko? Prefería a ese chico, la verdad. Este hombre puede matarme con solamente tocarme.

-¿Y Niko?-Le pregunto a voz alzada, intentando no mostrarme acojonada.

Al principio, se ríe muy flojito, pero a medida que se aproxima más a mí su risotada aumenta. Sé que estoy temblando, pero aun así intento mantenerme lo más firme posible. Que se ría así por lo que le acabo de preguntar no me da buenas vibraciones.

-Niko está en otro sitio, he venido yo a sustituirle. ¿Qué te parece si lo hacemos rápido?-Se cruje los nudillos relamiéndose los labios-No me gusta tener que esperar.

-¿Dónde está?

-No sé si te has dado cuenta...pero no te importa, maldita percebe.

No sé qué es lo que me hace más gracia de "maldita percebe"; que lo haya dicho o que me esté diciendo torpe e ignorante. Eso sí, intento no reírme mordiéndome las mejillas. Creo que si suelto el más mínimo ruido o hago una muy leve sonrisita, este hombre me asesina sin que me dé tiempo a reaccionar.

-¿Qué era lo que tenía que decir?

-Que porqué atacaste al chico que te intentó violar aquella noche.

-Si Renee sabe que intentó violarme, ¿por qué coño quiere saber eso?-Le pregunto, sombría. Si ya sabía que el chico al que creí que maté me intentó violar, ¿por qué me hace esa pregunta?

-Porque está relacionado con lo que a ella más le interesa. ¿O es que acaso no recuerdas que heriste a alguien más? ¿Qué le hiciste algo...que aún perdura?

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora