9

396 49 5
                                    

9. Secreto por secreto.


El chico se acerca a nosotros a velocidad de tortuga, detonando una alegría cargante. No sé si es que quiere ganar tiempo para vete a saber qué, o es que le gusta verme con pavor ya que Normand sigue mostrándose demasiado impasible para mi gusto.

Las palabras de mi falso padre pasan inadvertidas para mí. ¿Por qué no está nervioso? ¡Debería estar nervioso! Quizá lo esté ocultando, sería lo más lógico para mí. En momentos clave, mostrar sentimientos malos es signo de debilidad para el oponente.

Yo lo sé mejor que nadie...

-Sería gracioso, ¿no crees?-Le responde cuando le tenemos a pocos centímetros, con una voz demasiado apacible viniendo de él-No podéis arriesgaros a perderme. Si sabéis que estoy dentro por una misión del FBI, también sois lo bastante inteligentes para adivinar que yo mando información sobre mis progresos. Si me matáis y no llegan las noticias, con lo que tienen se apañarán para terminar mi trabajo y sin tener oportunidad de saber cuál es.

-¡¡Pero di qué estás buscando!!-Grita, provocando que yo me tape los oídos y flipe más porque Normand sigue jodidamente tranquilo-Bueno. Tú hazte de rogar. Si no nos lo dices sí que será una noche dura para el amigo de esta chica.

-Te contradices. ¿No has dicho que sería nuestra última noche?-Normand sonríe, satisfecho porque está provocando que el chico se enfade de una forma exagerada-Creo que de mayor podrías tener Alzheimer. Yo que tú me lo miraría.

Para mí sorpresa, decide no perder el tiempo respondiendo a las provocaciones de Normand y se saca el móvil de su bolsillo. Empieza a teclear y deslizar su dedo en la pantalla. Normand por primera vez muestra desconcierto y me mira. Yo también lo hago, pero me limito a encogerme de hombros.

Al parecer tiene el sonido activado, porque por lo que ambos estamos escuchando, está iniciando sesión en Skype. No sé si reírme para mis adentros porque no tiene sentido que se conecte ahora a esa App, o si en cambio, mostrarme asustada porque si algo me ha enseñado la vida, es que las personas cuando tienen un objetivo, no hacen las cosas al azar. Astutos como un zorro, siempre saben apañárselas para lograrlo, al menos, la mayoría de veces. Si este chico quiere saber –y yo, para qué mentir –por qué está infiltrado Normand en la red de mafiosos, hará lo posible para usar el arte de la manipulación.

Tras un par de minutos eternos, el chico tiende el teléfono de tal forma que tanto Normand como yo podemos ver con quién está entablando una videollamada; Con Christophe. Mi mejor amigo está atado en una silla, desmayado, junto una persona encapuchada con una máscara, por lo que es imposible determinar si es hombre o mujer. Se les ve a ambos porque dicha persona tiene el móvil en un palo selfie, ya que esa es la sensación que da.

-Iré directa al grano-dice despacio, quitándose la máscara y dejando reconocer a esa mujer que tuve la oportunidad de conocer años atrás-Tienes cinco segundos para decirme qué haces metido en la red de mafiosos y cómo has hecho para que no te fuera posible pillarte. Aunque eso último puedes ahorrártelo si quieres, en verdad, no me importa.

-Renee...-Susurra Normand, soltando una carcajada de garganta-¡Cuánto tiempo! Hemos tenido diez años de paz gracias a tu ausencia, ya podrías haberte quedado oculta tras las sombras un poco más.

-Querido... ¿Qué gracia tendría quedarme al margen? Vengo más fuerte que nunca-Se acerca a Christophe y le alza la barbilla, acariciándosela con asquerosa satisfacción-¿Qué es más importante para el FBI? ¿Salvar vidas inocentes o mantener sus intereses?

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora