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11. Punto de mira.

NICOLE/ALESSIA.

-No pensaba que vendríais a verme ni por asomo-dice entre risas François, aunque se calla con una mueca de dolor añadida.

-Idiota. No deberías hacer movimientos bruscos.

-Quizá sea que es un idiota.

-Gracias, chicas-replica él con la ceja arqueada-Os amo.

A Béatrice sobre todo, pienso con cierta gracia. Béa e Yvette conversan con François con risas y bromas de por medio, pero yo me mantengo callada todo el rato. Yvette parece haber olvidado que nuestra intención era estar poco tiempo.

Aun así, tengo a mi salvador y no hay ningún problema.

Alan y yo estamos hablando por WhatsApp. Él me cuenta que ha quedado con una chica española de su universidad. Yo le digo que ojalá le vaya bien, a lo que responde que la tiene en el bote y no le hace falta.

-¡Nicole!-Grita Yvette en mi oído y por ello tiro el móvil al suelo.

-¿¡Qué coño quieres!?-Digo de mala gana, agachándome para recogerlo.

-Al menos sabemos que no estás muda de por vida-murmura Béatrice.

-Muda me voy a quedar como se me haya jodido el móvil-refunfuño mientras lo observo con atención-No parece que se haya jodido, pero...

-¡Lo siento, mujer!

-¿Con quién hablabas para estar tan centrada?

-¿Y a ti qué te importa?

Lanzo una mirada acusatoria a François. Él me observa con seriedad y con cierto brillo en sus ojos que entremezclan decepción y, ¿celos? No sabría decirlo con exactitud. A mí no es que me importe como se sienta precisamente. A él no le importó romperme el corazón.

-¿No me digas que al final has ligado con el buenorro ese?-Yvette me quita el móvil de las manos.

-¿Qué buenorro?-Preguntan a la vez los otros dos.

-¡Dame mi móvil!-Le exijo a Yvette, que aprovechando que tiene el brazo más largo que yo, alza el móvil para que no lo coja.

-Uno que nos encontramos ayer cuando volvíamos a casa-responde Yvette tan tranquila-Y eso que estábamos sudorosas. Incluso me fui y les dejé a...

Pega un grito de dolor y suelta mi móvil, el cual cojo al vuelo porque no quiero que vuelva a impactar contra el suelo. François y Béa nos miran como quienes observan a un loco. Yvette da saltitos ya que le he pisoteado un pie y ha alzado la pierna a la que el pie corresponde.

Me dirijo hacia la puerta y la cierro con cuidado por respeto al hospital. Alguien sale de ella pero no me molesto en pararme, e incluso voy más rápido, pero dicho alguien corre y se pone delante de mí.

-Nicole, tía. No te...

-Béa. Odio que cuenten mis cosas, ya lo...

-Pero Yvette no tiene la culpa de ser una bocazas. Le sale solo, no puede evitarlo.

-¡Claro que la tiene! ¡No es tan difícil contenerse! ¡Sus problemas sí que se los calla!

Pero nada más decir eso, me siento sucia. He dejado que el enfado pueda conmigo y he dejado caer algo sobre ella, algo que Chris me confesó poco antes de desaparecer. Se supone que yo no sé que la hermana de Yvette está muerta porque lo está ocultando muy pero que muy bien. Si Béa le pregunta a Yvette qué es lo que se está callando, puede que ate cabos y se enfade con Christophe por ello.

Tormento. #VIPAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora