Liam, yo...

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CHICAS:

ANTES DE COMENZAR LA LECTURA...

TENGO UNA IDEA, VOY A PONER PREGUNTAS EN CADA CAPÍTULO, CON EL TEMA DE LA HISTORIA, POR FAVOR CONTESTEN LAS PREGUNTAS.

ASÍ QUE DISFRUTENLA. HICE LARGA ESTA PARTE PARA QUE NO SE QUEDEN CON GANAS DE LEER MÁS... 

¿Quien dijo que la vida era sencilla?



Tenía hambre, bastante. Mis labios secos pedían agua y mi estómago, alimento. Tenia sueño, simplemente tenia todo. Veía mi rodilla desnuda la cual se tornaba de color morado pálido. No dolía mucho, pero aun así que ponía nerviosa. Mire alrededor, buscando algo con que zafarme del agarre de los duros lazos y de la incomoda silla. Pero lo único que se encontraba era la navaja que se encontraba sobre la mesa. 

Lastima, esta demasiado lejos...

Estúpida conciencia, bien que me anima.

Trate de dar pequeños brincos, pero no logre nada. Rendida mire el techo, aquel tenia la fachada vieja. Nunca me había dedicado a ver a mi alrededor, así que lo hice en este tiempo. La pared tenia un color carmen, cortinas color carmesí. Y una cama con sabanas blancas. Estaba hermosa la recamara, aunque se encontraban un poco viejas las paredes, al igual que el techo.

Poco a poco aumento el dolor de la rodilla hinchada. ¡Rayos! Trate de safar mis manos, pero una vez mas, fracase. Cansada y deprimida deje caer mi cabeza, dejando mi peso en mis hombros. 

Nunca saldrás de estas paredes.

Levante el rostro, cayendo de mis mejillas, pequeñas lagrimas. Necesitaba salir de aquí, y pronto.

Pronto me quede dormida



-¡Helena!

Mi hermana menor me llamaba.

Me encontraba bajo un árbol . Sentada en el pastizal, admirando un espectacular atardecer. Y traía conmigo una de mis muñecas. Ay tendría como 12 años. Recuerdo aquel lugar perfectamente.

Raquel, mi hermana mayor. Sonreía al verme correr asía ellas. Mi madre muy alegre traía consigo un papelote azul. Mientras mi padre sostenía los brazos de Sara.

Corrí apresurada, dejando caer al piso mi muñeca y aventando me a los brazos de mi padre.

-¡Te extrañe papa!

-¿Extrañarme? Pequeña no nos hemos ido...

Me quede callada. Llorando en sus brazos

-Tranquila. ¿Quieres montar unos corceles?- Aquellas lagrimas desaparecieron, dando lugar a una sonrisa.

-Esta bien

Caminamos a un establo. Mi madre se subió a uno, llevándose a Sara. Raquel en uno solo. Mi padre en otro. Y yo en en el ultimo. Era negro, era perfecto. Cabalgamos demasiado rápido. Me vi creciendo poco a poco, llegando a la edad de ahora. Bajamos de los corceles.

Mi madre la veia un poco mas grande, sin dejar a mi padre a tras. Sara tenia ya 13 años y mi hermana Raquel... ya no estaba con nosotros. Ella se había ido a otro país a seguir sus estudios. Así que ya tiene tiempo de no verla.

Síndrome de Estocolmo (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora