Abrí los ojos sintiendo como la luz de la habitación me molestaba en los ojos, bostece sin poder evitarlo y aparte las sabanas de mi cuerpo para tomar mi toalla y caminar hacia el baño. Me di una ducha rápida y envolví la toalla alrededor de mi cuerpo. Me coloque la ropa interior y tome unos pantalones negros, una camisa blanca y un suéter color marrón, tome un bolso negro y me calce mis botines negros de tacón. Ahora llevaba el pelo corto, así que lo alise un poco con mis dedos hasta dejarlo con sus leves ondas. Me coloque un poco de maquillaje y sonreí dándome cuenta que había quedado muy bien.
Mire mi departamento que estaba hecho un desorden y suspire, había vendido mi casa anterior en Franklin y volví a adquirir un nuevo departamento en New York. Esta vez vivía en Greenwich y me encantaba.
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Otro día más, en New York.
Tome las llaves de mi auto y baje las escaleras del edificio para salir y encontrarme con el tráfico que jamás tenía fin en New York. Después de quince minutos, estacione el auto en el estacionamiento del edificio de NYMag y baje con todas mis cosas en la mano.
––Buenos días––sonrió Charlotte, la recepcionista, le devolví el saludo y recibiendo correspondencia de su parte, presione el botón del ascensor para ir a mi piso.
Al llegar al 6to piso, todo parece estar en un silencio sepulcral, genial, ¿acaso había recorte de personal?
Llevaba dos años trabajando aquí y jamás había recorte de personal.
––buenos días––sonreí a Marcus, este me devolvió la sonrisa y se acerco a saludar––¿que pasa aquí?
––hay una reunión en la sala de junta, Dianna y uno señores han entrado allí y todos estamos a la expectativa––me informo con una sonrisa, suspire y negué de manera graciosa mientras dejaba mis cosas encima de mi escritorio.
––______, Dianna te necesita––me informo Clair, columnista de la revista––ahora.
––Gracias Clair––sonreí y camine a paso rápido hacia la sala de juntas, que se encontraba al fondo. Abrí la puerta con suma lentitud encontrándome a Dianna, mi jefa, con dos señores vestidos de traje que parecían ser importantes.
––Gracias a dios––me susurro Dianna, mientras se ponía de pie––señores, esta es nuestra publicista y directora editorial, ______ Harlow––anuncio, sonreí de manera profesional y me acerque a cada uno de ellos para estrechar sus manos.
––Nos informaba la señorita Cowell, que usted es parte importante y fundamental en esta revista––murmuro uno de ellos, tome asiento y asentí, preparándome para hablar.
––así es––sonreí nuevamente, mirando a Dianna por unos segundos––me encargo de informar las actividades al director de redacción y de que todos los empleados hagan sus tareas y escriban sus artículos a tiempo; una que otra vez puedo llegar a escribir un artículo––informe con una sonrisa, a lo que ellos me sonrieron de vuelta.
