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Capitulo 27

Eran las 2:30 pm. La tarde en Los Ángeles había sido un poco soleada, estábamos a 33 grados de esta parte del país. Me había dado un recorrido por la casa de Zayn y debía admitir que era una casa hermosísima, tenía cuatro habitaciones, seis baños, una cocina perfectamente grande como para la cocina de un restaurante y vistas hacia todo Los Ángeles debido a las grandes ventanas.

En conclusión, era la casa perfecta.

––¿Qué haces?––di vuelta sobre mis talones y fije mi vista en Zayn quien se había vestido con una franela y unos jeans gastados.

––Mirando tu hermosa casa, por supuesto––sonreí y recibí un abrazo por la espalda de su parte, envolvió sus brazos en mi cintura y dejo su barbilla en mi hombro––la piscina en medio de la casa es impresionantemente bonita.

––me encanta esta casa, solo verla, quise comprarla––murmuro simplemente mientras mirábamos fijamente la vista que nos brindaba aquel lugar.

––¿Por qué no vives aquí?––pregunte curiosa. Es decir, es una casa hermosa, con vistas hermosas y una ciudad que él podría disfrutar.

––¿Para qué?––se incorporo y soltó un largo suspiro––iba a aburrirme en esta casa y finalmente terminaría odiándola por sentirme tan solo.

––Ah––susurre simplemente, un poco conmovida con sus palabras, di vuelta para mirarlo con semblante serio mirando la nada.

––estaba esperando a alguien que la pudiera compartir conmigo...

Clavo sus ojos en mi con intensidad mientras esbozaba una sonrisa sincera y llena de promesas, este hombre, sin duda, quería volverme suya otra vez a como diera lugar.

––Vaya, eso es algo interesante––me reí por lo bajo y mire por última vez todo el paisaje a lo lejos––¿Qué haremos hoy?

––Iremos de compras.

––¿Compras?––alce una ceja sin entender.

––Si, como una pareja que se acaba de mudar, haremos esas cosas––sonrió y me tomo de la mano para ir a la habitación. Solté una risita sin decir nada más.

***

Habíamos recorrido Beverly Hills en auto, Zayn quería comprarme cada cosa que veía, cada prenda, cada par de lentes. Me reí sin más no poder, como si fuera una niña a la que él tuviera que consentir.

––vamos Zayni, podemos venir a Beverly Hills cuando se nos venga en gana, guarda ya la maldita tarjeta––me reí y deje un pequeño beso en su mejilla para asegurarle que no necesitaba nada, no quería nada más que a él a mi lado, compartiendo conmigo unas pequeñas vacaciones.

––Pequeña, perdona si quiero consentirte, pero me he oxidado un poco, quiero ponerme al día otra vez––me acaricio la mejilla con la yema de los dedos suavemente y sonreí, deleitada por aquellas caricias, pero desconcertada por aquellas palabras tan comprometedoras.

––estas sobrepasando las expectativas con todo lo que haces, Zayn Malik––le sonreí radiante y acaricie su mejilla, dándole una mirada profunda y una sonrisa llena de promesas mientras dejaba un suave beso sobre sus labios.

Recibí una mirada desconcertada y llena de deseo de su parte, me reí, apartándolo, sabiendo que se atrevía a hacer un espectáculo de besos en medio de la calle.

Nos tomamos de la mano y caminamos por algunas calles más hasta volver al auto mientras reíamos y hablábamos de cualquier cosa.

––¿Qué dices si compramos comida?––me miro tiernamente mientras giraba en una esquina, extendí mi mano y acaricie su nuca y le di una sonrisa y asentí con la cabeza, nos paramos en un semáforo y suspire, clavando mis ojos sobre el hombre que tenia a mi lado. Llevaba una camiseta blanca y unos jeans gastados, unas gafas negras que ocultaban el color ambarino de aquellos ojos tan profundos y un pequeño rastro de barba que acentuaba aquellos labios rosados y perfectamente moldeados que me encantaban.