Sonreí al ver los tickets que tenía en mi mano y suspire, ansioso por llegar a casa y mostrarle a _____ lo que había comprador para nosotros.
Había pasado mucho tiempo, el suficiente como para que nos encontráramos sumergidos en un abismo de dolor y sombras, separándonos completamente. Pero ese no era el caso, porque jamás me separaría de esa mujer y a pesar de que ella estaba en todo el derecho de alejarse, siempre se había mantenido con aquella sonrisa tan hermosa y radiante entre los labios, recibiéndome con el mayor de los regalos cuando volvía de trabajar, su amor.
La admiraba tanto que apenas tenía palabras suficientes para describir lo que sentía cuando pensaba en esa mujer y una corriente eléctrica me recorría el cuerpo tan solo de imaginarla. Y es que la fuerza que ella poseía no se podía comparar con nada ni nadie.
Jamás la había visto llorar por su enfermedad, jamás se había rendido a sonreír o hacer las cosas cotidianas, incluso, amaba salir afuera, aunque estuviera en su silla de ruedas. Amaba su coraje, amaba la mujer tan fuerte en la que se había convertido, o mejor dicho, la mujer que había decidido sacar su verdadero yo a la luz.
Aparque el auto y subí con prisa al apartamento, abrí la puerta y escuche una hermosa música salir de la habitación donde _____ pasaba la mayor parte del tiempo, sonreí y deje mis cosas sobre el sofá para caminar despacio hacia ella, con lo que tenia para sorprenderla guardado en el bolsillo trasero del pantalón.
––Hola preciosa––salude, al verla mirar por la ventana, mientras movía entre sus dedos una copa de vino, se giro y me miro con una sonrisa para dejar la copa encima de la mesita y girarse.
_____ gozaba de ella misma, de lo que era y la mujer en la que se había convertido. Aunque jamás se había tomado el tiempo de decírmelo y yo nunca se lo había preguntado, sabía que se amaba mas ahora de lo que alguna vez lo había hecho. Sabía que esa hermosa mujer de ojos grandes y expresivos color azul zafiro, labios rosados y siempre llenos de vida se había convertido en su propia fortaleza.
Ella era completamente, la mujer de mis sueños.
––¡Zayn, mira esto!––suspiro con una hermosa mirada llena de brillo y me tomo de la mano para que me parara frente a la ventana y admirara las luces amarillas y blancas que destellaban entre los rascacielos, haciendo contraste con la oscuridad de la noche.
Me reí por lo bajo, mientras enredaba mis dedos en los rizos naturales de su cabello, que se encontraba más largo que nunca y admire algo que siempre se había encontrado en mi ventana por años, pero que jamás había notado antes.
––Bueno, es una de las cosas más hermosas que he visto hoy––esta me miro alzando una ceja y negó lentamente.
––¡Es la cosa más hermosa que podrías haber visto hoy!––exclamo, dándome un pequeño golpe en el abdomen.
Solté una carcajada y tome su mano, entrelazando sus dedos con los míos, y poniéndome en cuclillas hasta encontrarme a su altura, dándole una sonrisa prometedora.
––Tu eres la cosa más hermosa que veo todos los días, créeme––le di un beso en el dorso de la mano y la hice sonreír. Sus dedos que aun se encontraban libres de mí, me acariciaron la mejilla y la mandíbula, los labios también, dándome pequeñas descargas de emoción al sentirla tan cerca.
––Eres mucho––me susurro, clavándome aquella mirada llena de promesas, sonriéndome sin mover los labios, acariciándome el cuerpo solo con el intenso color de sus ojos.
––Tu mi amor, eres mucho más de lo que yo merezco––la bese suavemente, tocando sus labios lentamente, pidiéndole permiso. Sentí su mano en mi nuca, presionando su boca contra la mía, besándome tan apasionadamente que fue tierno––te tengo una sorpresa.
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Harmful | z.m | F2T
Hayran KurguRompiste mis alas Zayn, y me quitaste las ganas de volar y de sonreír.