Vangelis Coppola.
Empleada de una de mis empresas.
Mi rayo de sol.
Mi nena.
Simple, graciosa y algo torpe.
La mujer a la que le pido casamiento y la muy cabrona, me rechaza.
Sí. Sí, lo sé...porque mis propuestas apestan.
Bonita.
Testaruda.
...
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YO
En el proceso de su caminata, lanza su delantal de manchas de pintura y pinceles sobre una silla y con sus manos ancianas revuelven de forma cariñosa, los rulos revueltos y disparados de Herónimo que sentado, es la altura de la ancianita.
Sus manos luego, se elevan a su boca para tirar el cigarrillo y apagarlo con su muy fucsias zapatillas.
Me mira con emoción.
- Carajo, ya estaba pensando en que tenía que pedir al de arriba un plazo más de mis días, para poder llegar a ver algún bisnieto. - La viejita me abraza.
- ¡Mamá! - Reprocha Marleane desde la mesa y me hace seña que la ignore su blasfemia con su cucharita de té en el aire.
- ¡Qué! - Se encoje de hombros la anciana. Me mira. - Dos hijas únicas que me dieron dos hermosos y guapos nietos varón. - Sus ojos van Herónimo y palmea su hombro con cariño. - Pensé que también este, se había vuelto mariposón.
- ¡Mamá! - Chilla otra vez Marleane, tapando su lindo rostro con ambas manos, negando y bajo la risa nuevamente de todos los ancianitos y me sumo.
Imposible, no reír a carcajadas.
La merienda fue agradable.
Cada charla y cada conversación escucho atenta, mientras doy pedacito de biscochuelo a Rata acostado a los pies de Hero.
Todo este lindo grupo de tercera edad, en algún momento de su vida transcurrida y después de la viudez del padre de Hero, fue rescatado por Marleane en algún punto crítico de sus vidas.
La mayoría de ellos, pertenecía a un hogar para ancianos.
Marleane participaba en una sociedad activista contra el maltrato y racismo, cuando le llegó a sus oídos el estado decadente de siete abuelitos en total abandono de persona por parte del lugar en cuestión y familiares.
Sin ayuda del gobierno público de turno y no conseguir nada a través de los contactos que poseía, más que reubicarlos y separarlos después de décadas juntos, decidió traerlos con ella a vivir.
