Se notaba bastante nerviosa. Daba pequeños toques con el tacón al suelo mientras tomaba sorbos de su cóctel. Estaba a punto de traicionar al amor de su vida. ¿Realmente estaba haciendo lo correcto?, porque a ella no le parecía eso... Apenas oía sus propios suspiros, que no eran pocos, la música estaba demasiado alta. Paola seguía observando a su alrededor, en busca de su, como dijo Nick, "objetivo".
En el centro de la pista de baile estaba Chester, bailando con una chica bastante guapa. Parecían felices, se reían. Sin embargo, no podía divisar por ninguna parte a Mathew. ¿Habrá venido con esa tal Helen? Qué envidia le tenía...
Estaba demasiado nerviosa, por lo que sacó un cigarro del bolsillo de su blusa. Con mucha agilidad lo encendió y comenzó a inhalar. Parecía que por unos segundos la calmaba, pero, algo la volvió a sacar de su tranquilidad: Mathew acababa de entrar. Se encontraba justo al lado de Chester, hablando con Roy. Se notaba entristecido, decepcionado, con una expresión de clara incomodidad. Seguramente ha venido sin su novia... pensó Paola y decidió no demorar mucho con el comienzo del plan de Nick.
Traspasó una gran masa de gente hasta llegar a estar a espaldas de Mat. Sin duda, la suya era una de las espaldas que más le atraían.
-¡Mathew! –grita Paola intentando que el chico la oyera. Y en efecto, el grito dio su resultado, Mat se había girado para ver quién gritaba tan desesperado su nombre.
-¡Paola, no me jodas! –dijo y volvió a darse la vuelta.
-¡Mat, es importante, ven afuera, por favor! –volvió a gritar Paola, y Mathew se giró furioso llevándose a Paola cogiéndola del brazo y arrastrándola hacia la calle.
-¿Qué quieres, joder? –preguntó alterado y se apoyó contra la pared mirando hacia todos lados.
- Quería hablar contigo, aclarar las cosas... –dijo la chica y se apoyó contra la pared al igual que Mat, aunque a una distancia considerable de él. –No quiero estar así contigo, lo paso mal. Lo siento si te hice daño, si le hice daño a tu chica... Y hablando de eso... No me gusta mucho para ti, pero supongo que tendré que hacerme a la idea. –dijo y Mathew parecía estar más relajado y comprensivo. –Si tú eres feliz a mí me vale.
-Vale... te perdono, no pasa nada. –dijo el chico con un tono algo frío.
-Quería invitarte a unas copas para celebrar que ya no somos enemigos. –dijo riéndose y miró durante unos segundos a Mat, luego añadió– ¿Qué me dices?
-Bueno... sólo un par, ¿eh? No quiero beber mucho... –dijo él y entró detrás de Paola, siguiéndola por medio de todo el local hasta la barra.
Chester estaba bailando al ritmo de la música, pegado a la chica que le había alegrado estos últimos días hasta el extremo. Oh, Tamara, Tamara... Esa chica que quiso salvarle de su falso intento de suicidio, resultó ser además de buena persona, alguien muy interesante con quien era entretenido mantener una conversación.
Entre tanto baile ni se había dado cuenta de que su amigo estaba a punto de caer en una trampa muy grande y gorda, de la que le costaría mucho esfuerzo salir.
Su mirada se desvíó unos segundos hacia la barra, y allí vio a Mathew. Estaba hablando con Paola, absolutamente borracho, aunque Paola no lo estaba tanto. El chico parecía drogado, o algo, porque se reía, hacía tonterías, por poco se mantenía en pie.
Paró de hablar, mientras que observaba como dos chicos que le parecían extremadamente conocidos se acercaban a Mathew y le decían algo. Chester soltó rápidamente la cintura de Tamara al ver que Nick estaba parado a unos metros de distancia observando la escena con una bebida en la mano... ya que, si Nick tenía algo que ver... Mathew no podía salir bien parado de esa.
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The Bitter End
Teen FictionA veces, las pequeñas y malas decisiones de un pasado, son los grandes y buenos logros de un futuro. Mathew no sospechaba que su futuro podría cambiar tanto a culpa de una simple apuesta que surgió de borrachera. Su corazón le jugó una mala pasada...