Capitulo 9.

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Aquel sueño nunca saldría de mi cabeza, como olvidar ese día en que comencé a trabajar en red velvet, como olvidar aquel hombre que pago por la flor de una mujer. Mi virginidad. como olvidar como me tocaba y en cada segundo me lastimaba solo con el roce de su piel, como olvidar esos grandes ojos grises que me llenan de miedo y como olvidar lo ultimo que me dijo ese día.

-Tu eres y siempre seras mi mujer.

Las lagrimas solo quemaban mi rostro y trataba de esconder mi cuerpo desnudo entre las sabanas. Ese día mi vida se arruino, me vi en un rincón de la habitación y me libero de la forma que siempre lo hacia, tome una bocada de aire y grite con todas mis fuerzas.

-Oh Dios, Emma -Mi cuerpo era zarandeado- Emma, no se que carajos hacer no me asustes.

-Miedo. El me llevara con el, el vendrá por mi -Sentía como ella temblaba a mi lado, también sollozaba. 

-Emma, solo soy yo, Maria. Soy como una hermana para ti, tu mejor amiga y prima. Dios Emma sal de ese mal recuerdo que el no esta aquí y nada te lastimara.

-Suciedad, estoy sucia.

-No..no. Emma abre los ojos ¿Si? Y mira alrededor, solo estoy yo, en tu casa, en la paz de esta fortaleza. Nada te lastimara.

Poco a poco fui abriendo los ojos. La vi con los ojos como platos y las mejillas mojadas, estire mi mano y limpie todo resto de lagrimas de su hermoso rostro.

-Detesto que llores.

Cuando desperté al día siguiente era de tarde. Negue mirando la hora, terminaría tomando una cita con un Psicólogo, esto ya estaba molestándome. Me asee en el baño y comencé a limpiar las habitaciones del piso superior sin ni siquiera molestarme en comer. Cuando termine con la habitación donde había dormido mi tía leyla semanas atrás sentí rugir mi estomago. 

-Bien, es hora de comer un poco.

Maria habría salido muy temprano por la mañana para ir a su trabajo, Sebastian estaría en las mismas y yo solo estaba muriendo de soledad. Las calles de ese lugar eran silenciosas y solitarias, de pronto un sentimiento de preocupación me lleno. Y si ese tipo del BMW me llevara a la fuerza ¿Nadie se daría cuenta? Si lo pienso un poco, siempre estoy sola en esta casa. Maria llega como a las ocho de la noche y Sebastian a las cinco de la tarde pero aun así el tiene sus cosas. Agito la cabeza en un intento de sacar ese pensamiento. Pongo el plato en el fregadero y continuo limpiando la planta baja.

El sonido de un auto aparcando en la plaza disponible junto al mio me supo saber que la melodramática de Maria había llegado, eran las seis de la tarde y el sol no había comenzado a ponerse. Entro al tiempo que yo terminada de coletear.  Sebastian me sonrió detrás de ella.

-El piso esta mojado así que ten, tengan, cuidado de no resbalarse  -Me pare junto a la mesa baja de la sala, toma unos adornos y comencé a limpiarlos.

-No soy una tonta -Se precipito y la chica que no es tonta comenzó a tambalearse tratando de recobrar el equilibrio, adelante un paso y también resbale cuando ella se aferro de mi. Comencé a caerme rápidamente y lo ultimo que recuerdo es un fuerte golpe en la cabeza y dos personas clamandome.


El lunes de la semana siguiente fue mi comienzo de clases, pase la mañana y parte de la tarde en la universidad. Solo me tocaba ir los lunes martes miércoles y los viernes solo en la mañana. El dia estaba siendo frió y la luz del sol no penetraba por las espesas nubes.

El viernes al llegar a la casa decidí llamar a mi tía. Al parecer todo iba bien por RV, habían chicas nuevas y leyla estaba obstinada por un cliente sumamente fastidioso

Solamente tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora