Solamente tuya.

Capitulo 6.

Mi Tia regreso a las vegas días después de su llegada, Leyla se quedo hasta que la reina se fue, alegando que maria y yo no estábamos en condiciones de vigilar a otra niña.

Llego el veinte de marzo, todavía estaban aquí esas tres. Iba y venia de la casa de Sebastian los días anteriores para escabullirme del constante parloteo y olores exquisitos de la casa, En el salon de Sebastian podía estudiar sumida en el silencio, estuve así como unos cuatro días. El día del examen me levante muy temprano, era de madrugada. Tome un baño caliente y me vestí con el primer outfit que compre en el aeropuerto la primera vez que pise Boston. Baje las escaleras y en silencio, tratando de pasar desperdiciada y no despertar a nadie. Entre en la cocina, prendí las luces y me prepare un plato con cereal y leche.

-¿No crees que es muy pronto? -Me pregunto en voz baja

-Si, pero estoy anciosa y asi tambien me da tiempo para repasar otra vez

-Yo creo que has estudiado lo suficiente, a pasado un total de tres dias en los que casi no te veo la cara, y cada vez se acerca mas la fechade mi regreso a las vegas

-No -Bufe de manera lastimosa- No quiero que te vayas.

-Tengo que.

-Ayer por la tarde salí con Sebastian a comprar algún dulce en la ciudad. Fuimos a una pastelería que esta buscando una pastelera, bueno asistente, pero creo que es algo que le puede funcionar a maria como entrada.

-Si, deberías mostrarle el volante, si es que lo tienes contigo, o decírselo. No ahora, despertarla seria como una bomba atómica.

Un tema lleva a otro, pasamos por el tema de mis padres y todo lo que ellos implica. Fui feliz cuando comencé a ver como el cielo se ponía cada vez mas claro. Mi tía había subido a hacer algunas cosas mientras yo estudiaba sentada en el sofa. Repasaba aquel montón de papeles en mi cabeza, subí las escaleras y entre a mi habitación para buscar mi bolso, donde ya estaba la hojas del examen, el lápiz y todo lo que me dijo Tanis.

Sebastian me busco y me llevo en su auto. Me decia cosas de los profesores que probablemente me darian clases. Tambien hablo sobre los chicos y dijo que aquella universidad albergaba muchos riquillos y que muchos solian ser unos completos idiotas. Entro a los terrenos de la universidad y yo me puse mas nerviosa

-Lo harás bien, créeme. Todos confiamos en ti y sabemos que obtendrás la beca.

-Gracias,pero no puedo evitar asustarme.

-Te esperare aquí. Recuerda todo lo que te dije, no te pongas nerviosa y solo deja que todo lo que sabes fluya, tomate tu tiempo de responder y no te asustes por los tantos aspirante -Asentí y lo abrace muy fuerte, tenia demasiado miedo. Me separe poco a poco y lo mire con una sonrisa. Las intenciones de el estaban reflejadas en su rostro, puso sus labios sobre los míos y yo sonreía complacida mientras respondía aquel beso, el cual era tímido a pesar de lo mucho que se había hecho esperar.

Entre en el salon, que se encontraba en el octavo piso del edificio directivo. Atrás del escritorio donde estaba sentado un profesor había una pizarra de acrílico que colgaba de una pared de cristal, se podía ver todo el campus y el cielo encapotado. Suspire, pase mi mirada por los estudiantes que, hasta ahora, habían llegado. Decidí sentarme en la primera fila, saque lo que Tanis dijo que llevara y me relaje, al pasar los minutos el salon de fue llenando mas y mas.

-Buen día chicos -Hablo el profesor inexpresivo- Les pido que por favor se sienten y se preparen, en unos minuto les dare las preguntas.

Solté un suspiro, estaba ansiosa. Quería tener las preguntas y comenzar a responder, soy de esas personas que muy pocas veces soportan esperar, pero le echaba la culpa a mis nervios del momento. El profesor paso puesto por puesto dejando sobre las mesas las hojas donde estaban pastadas las preguntas.