Capitulo 14.

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La  luz chocaba con mis parpados, el calor de mi cuerpo mas las sabanas blancas era una mezcla que no quería dejar de sentir. Me llego un leve olor a laca para el cabello y comida. Una mezcla muy extraña, lo se. La puerta de mi habitación fue abierta.

-Emma -La voz de mi tía era un murmullo, siempre me despertaba con paciencia y de manera suave- Mi niña despierta, son la una de la tarde y nuestro mini equipo de belleza llego para arreglarnos.

-Cinco minutos mas -Rió- Sebastian dile que se vaya -Comencé a buscarlo con mi mano por la cama, abrí los ojos- ¿Donde esta ese grandulon?.  -La cama estaba sola, yo estaba en todo el medio, todavia sentir el calor de las sabanas en el lugar donde durmió, Tambien el olor de su perfume.

-Maria lo echo cuando llegamos -Me sonrió.

-¿¡QUE!? -Grite alarmada, maria se pare en el perfil de la puerta.

-Tranquila, pequeña -Dijo mofándose- Solo le dije que se alejara de ti, hoy dormirá en el sofá, ya se lo dije. No quiero un sobrino todavia.

-¡Hay cierra el pico maría! -vocifere sentándome en la cama- Tengo hambre.

-El desayuno o mejor dicho almuerzo esta en el comedor esperando por ti -Dijo mi adorable tía

-¿Me lo traes?

-Si.

Luego de desayunar/almorzar. El equipo que mando mi tía Tanya nos comenzaron a arreglar, primero manicure y pedicure, exfoliaron nuestro cuerpo, luego la hidrataron enjuagaron y broncearon, yo no me sume a esto ultimo. Después de eso un relajante baño en agua tibia. Masajes relajantes.

-Quiero que mi mama me regale uno de estos ''equipos'' para arreglarnos.

-Estamos contigo- Dijeron mis tías y yo me entregaba a las sensaciones de ese masaje. Casi me duermo.

Después de los masajes, tomamos vino mientras nos peinaban. Mi tía Margot me indicaba que ayer ensayaron la entrada a la iglesia. Maria y yo entraríamos juntas, detrás de una niña que esparciría rosas. Maria llevaría las alianzas y yo las monedas de oro.

-¿Emma, que hiciste ayer durante la noche? -Se intereso Leyla.

-Fui a comer con Sebastian -Mire la hora, cinco de la tarde- ¿Donde esta?.

-Pues yo lo mande a la piscina para pasar el tiempo, después de todo los hombres no son tan complicados -Dijo maria agitando la mano, quitandole importancia.

-Ella tiene razón -Interfirió Leyla. El chico que se estaba encargando de ella le estaba haciendo un recogido.- Los hombres son fáciles. Solo un baño, vestimenta, perfume y peinarse un poco. Nada mas.

Eran las seis de la noche, a las siete teníamos que estar en la gran iglesia de la que me hablo mientras nos peinaban. La chica que me arreglo a mi me dijo que mi cabello estaba un poco maltratado y que le gustaría cortarme el cabello. Después de ver hasta donde tendría que cortar me sorprendí. Mi cabello estaba en capas y si quería quitar todo el daño me tendría que cortar el cabello hasta arriba de los hombro. Me corto el cabello a estilo niña bonita. Solo me lo plancho y le dio un poco de volumen haciendo risos en la parte inferior.

Maria se comenzó a ponerse nerviosa porque Sebastian no llegaba. A mi me estaban terminando de maquillar. Mis labios estaban en un rojo potente y el maquillaje de mis ojos era en tonalidades marones, un delineado exacto, delicado y negro hacían que mis ojos resaltaran.

-He llegado familia! -Grita un hombre desde la entrada. Yo volteo a verlo, parece que se bronceo de forma natural. Su ''Animo'' duro poco. Maria comenzó a gritar como una histérica.

Solamente tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora