Chard encendió la camioneta después de unos minutos y salimos sin la necesidad de de ir a cientos de kilómetros por hora. Condujo durante minutos, casi una hora. Llegamos a una especie de casa, digo especie porque por las ventanas se veía gente bailando incluso en la segunda planta, también luces de distintos colores. En el pequeño jardín de la casa habían grupos fumando y otros estaban inconscientes.
-Veo que te espantas. -Cuando me volví a la voz que me hablaba me tope con los ojos azules de Lian, tenia su mano puesta en mi rodilla.
-¿Como no hacerlo?. O sea, hasta un traficante de órganos puede estar aquí.
-No seas tonta y baja -Me dice Richard viendo como lían cierra la puerta.
-Vamonos– Me dijo después de abrir la puerta. Cuando salí de la camioneta y comenzamos a caminar a la casa el me toma la mano, trato de safarme pero me apretaba cuando lo intente.
-Suéltame la mano, pensaran que estamos juntos -Me queje.
-Es eso o pensaran que estas sola y todos los hombres te caerán encima.
No dije nada y entramos, escuche música de ''niggas'' para ser exactos sonaba niggas in parís, chard y lian me toman de las manos al mismo tiempo.
-Bailemos lindura -Dijo comenzando a moverse y yo le seguí, moviendo mi estrecha cintura y trasero voluminoso, junto a mis no tan pequeñas caderas. El se pegaba mas a mi pero yo lo alejaba solo un poco y cada cuanto tiempo giraba para bailar con Richard- Lindura te mueves bien.
-Gracias -Dije bailando una canción diferente- ¿vamos por un trago? estoy sedienta.
-Bien vamos -asintio y me tomo de la mano para comenzar a serpentear en la sala abarrotada de gente que bailaba. Richard se habia alejado de nosotros hace un rato ya y no sabia donde estaba pero lian no era indiferente. Nos paramos frente a un sofa y miro a su hermano mientras yo miraba a la chica junto a el, la había visto un par de veces en la universidad pero no recordaba su nombre.- Chard iremos por unos tragos -el asintió y continuo hablando con la chica , se llamaba kate.
Camine por un pasillo todavia tomada de mano con lian y estábamos por llegar a la barra pero me quede congelada cuando lo vi, estaba tomando, me iba a acercar pero vi que una chica llego, el le sonrió como me sonreía a mi. Mi corazón se estrujo y mas cuando vi que la tomo por la cintura y la beso con deseo. No quería ver eso. ¿Tan rápido me olvido?.
Pero pensé, pudo ser el humo del lugar que me hizo ver la cara de otro chico que se parecía bastante, o que el humo de algún porro entro en mi organismo y ahora estaba alucinando. Sali de la casa porque de pronto la música estridente me molestaba. Estaba caminando por una calle sin importar que llegara alguien y me lastimara, el dolor físico no seria mayor al dolor que tenia mis sentimiento, comenzó a llover y no moví ni un solo musculo para refugiarme del agua que caía con fuerza, como mis lagrimas. Ya estaba completamente mojada y también completamente sola, tendría que tomar un taxi pero no tengo dinero, y tampoco teléfono para llamar a alguien y lo que es peor, no recuerdo los lugares por donde camine y no podría regresar a la fiesta. Joder. Pero no, no podía ser el.
Me senté en el banco de un parque que estaba en el lugar hasta donde camine, estaba desolado y el frió me estaba destrozando, mi cuerpo temblaba un poco y me rodee con los brazos en un empeño por darme calor a mi misma pero la ropa empapada no ayudaba.
-¿Estas bien? -Dijo ella- Soy Anna ¿Puedo ayudarte en algo? -Tenia una bolsa en su mano, vestía con jean desteñidos y una blusa negra manga larga. Ella iba seca, lo que me dijo que no estaba aquí cuando la lluvia cayo fuerte.
-Soy Emma y no, no estoy bien.
-¿Puedo ayudarte en algo? -Repitió sentándose a mi lado.
-¿Tienes teléfono? -Me atreví a preguntar. Necesitaba llamar a alguno de los muchachos para pedirles que me llevaran a casa, entrar a la de Sebastian y encontrármelo durmiendo en su cómoda cama.
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Solamente tuya.
Ficção AdolescenteEmma Alfieri, una joven de diecisiete años no fue mas que una victima del caprichoso destino. Desde pequeña creció en un entorno no muy bien visto y tormentoso que la hace desear salir de allí para comenzar una vida nueva, y lo había hecho, pero sie...