Capitulo 7- La incomodidad deslumbra

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Al entrar a la sala, pude notar que MIKE estaba ahí sentado, con una chica la cual era morena, pelo lacio, piernas largas y delgadas la cual casi todo el mundo conoce y se llama ''Litzy'' LA PROMISCUA LITZY. No estaba segura de lo que sentía en esos momento era un conjunto de enojo y un revoltijo en mi estómago, estaba ahí casualmente con Tony y mi mejor amiga Dayra con su novio, viendo al chico nuevo con esa...CASUALMENTE CON ESA, no me sorprende tanto ya que era de esperarse de un chico como él, y de una chica como ella.

— ¿Un chico como él y una chica como ella?— Tony me observó confundido— ¿a qué te refieres?— dijo Tony, sacándome de mis pensamientos que se suponía solo yo escuchaba, pero me equivoqué.

— ¿Eh... qué?

— Si acabas de decir eso, que el chico nuevo esta con una chica algo así de ¿promiscua? y tu cara demostraba demasiada incomodidad y algo más— me explicó Tony.

— Ah, ¿really nigga? no he dicho eso creo que te lo has imaginado— dije para disimular.

— ¿Por qué has dicho eso?— interrogó Tony— tú nunca hablas así, venga que no te creo, te conozco demasiado Liza.

— Bueno sí, mira hacia abajo— le orienté.

Tony volteó a ver abajo y arqueó las cejas, creando una sonrisa de lado en su rostro, seguido de un gran suspiro, podía ver el sarcasmo en su rostro.

— ¿Por eso estas así Liza?— me vio a los ojos y sonrió.

— Ehm... eso creo— dije apenada y nerviosa.

— ¡No seas ridícula!— dijo Tony.

Me puso el brazo por la nuca y se acercó a mí, juntando su cabeza con la mía. Me sentía tan cómoda y segura que ni por la mente me pasaba alejarme de Tony en ese momento o incluso el hecho de ver a Mike con Litzy, ya no me importaba eso.

Cuando terminó la película Dayra decidió irse con Paul a casa, así que me quedé con Tony. Él y yo nos quedamos un momento platicando frente a la taquilla del cine, voltee a ver atrás y Mike iba saliendo por la puerta con Litzy ''La Promiscua'', lo que me dejó boquiabierta fue que en cuanto ella me vio besó a Mike con otra intención, pero la verdad no me afectaba en nada ya que estaba acostumbrada a sus estupideces desde hace 3 años... ya era normal en ella o al menos creía que ver eso no me afectaba, estaba verdaderamente confundida porque algo muy adentro de mí se incomodaba con eso. Luego pude sentir que Tony los había notado, de repente sentí su mano por mi cintura y un breve jalón que me acercó demasiado a su cuerpo, luego sentía cómo nuestros rostros y labios se unían creando un lento y placentero beso. Tony era el típico chico buen alumno que toda chica buscaría por interés, era muy apuesto y muy poco de malas intenciones. Sólo que yo nunca lo había visto con esa clase de ''ojos''. Al terminar el beso, bajé la vista y no dije ni una sola palabra, estaba muy apenada y sin saber cómo reaccionar en ese momento, cuando tomé fuerzas para levantar la cabeza observé a Mike, él nos miraba entonces levantó una ceja e hizo una sonrisa sarcástica.

— ¿Qué pasó?— le dije a Tony.

— Sólo te hice un favor.

— ¿Un favor?— dije exaltada.

— Es obvio que estabas celosa de lo que viste detrás, entonces lo hice para que no fueras solo tú la boquiabierta.

— ¿De... de que estás hablando?— dije nerviosa de no saber dar una respuesta concreta.

— ¿Me vas a decir a mí que Mike Stevenson no te gusta?— me preguntó viéndome directamente a los ojos.

— No, no me gusta— le dije, totalmente seria.

— ¿Estas segura, mentirosa?— me dijo con una voz de burla y entrecerrando sus ojos contra los míos, como en espera de que expulsara toda la verdad.

— No importa si no me crees, yo sé lo que siento y es sólo un sentimiento de amistad hacia él— dije sacándole la lengua.

— Entonces, ¿por qué dejaste que yo te besara? No me habrías dejado si no tuvieras un motivo— dijo Tony.

Me quedé en un silencio rotundo buscando una buena respuesta que me ayudara a evadir la misma verdad que Tony ya había dicho— Porque...—me quedé totalmente petrificada sin saber qué más decir— ay, ¿sabes qué? llévame a casa mejor, no estoy de ánimos— Tony extendió su sonrisa al ver que cambiaba el tema repentinamente y así convenciéndose de que yo mentía, pero ni yo misma me explicaba porque me había dejado besar por mi ''mejor amigo''.

Jamás ImaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora