Capítulo 12- ¡Feliz Cumpleaños!

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Hoy era mi cumpleaños... ¡qué emoción! Nótese mi sarcasmo y desanimo. No tenía nada planeado para hoy. Eran las 7:00am cuando logré escuchar el sonido de la puerta de mi habitación abriéndose. Era mi madre, con una torta de relleno de fresas con jalea y glaseado de cerezas.

— ¡Feliz Cumpleaños a ti!— dijo mi mamá poniendo el pastel sobre mi regazo.

— ¡Gracias mamá, no te hubieras molestado!

— No es nada mi amor, ¡te amo y es lo menos que te mereces!

— También te amo mamita.

Mi mamá es una mujer muy detallista, y cuando tiene la oportunidad de crear ella misma esos detalles se luce. Sinceramente, no sé qué sería de mi sin ella.

*Mensajes con Dayra*

— ¡Hey!, ¿lista para hoy?

— ¿Lista para qué?

— Pues para tu fiesta, no me digas que pensabas pasarla en tu casa "aburrida".

— Pues... lamento desilusionarte y decirte que "si".

— ¡Ay vamos! Hoy a las 10:00pm. En Moods ya que es la única discoteca en la que permiten menores de edad.

— ¿Estás loca? Mi mamá no me va a dejar.

— Pues, aunque no lo creas ya te dejó. Me encargué de pedirle permiso y te quedarás en mi casa a dormir luego de la fiesta.

— ¿Es en serio? Genial... llego a tu casa en 30 minutos y así nos vamos desde tu casa.

— ¡Perfecto! Te espero, ¡y me avisas!

*Fin de los Chats*

Aliste todas mis cosas, le avise a mamá y me fui en un taxi a casa de Dayra.

Al llegar a su casa Lucy me abrió la puerta.

— ¡Liza!, ¿cómo estás nena?— dijo Dayra feliz— ¡Feliz cumpleaños!

— Muy bien, ¿y tú, Lucy?— sonreí— ah, y gracias por felicitarme.

— De maravilla.

Lucy ya estaba felizmente casada con un coreano que era un integrante de una banda famosa de K-pop y tenía una linda parejita de gemelos de 4 meses, con los ojos característicos del asiático. Al entrar pude notar la presencia de la pequeña familia de Lucy.

— Mucho gusto— dije extendiéndole la mano a aquel asiático.

— Igualmente— dijo medio hablando el español.

— Liza ven a deleitarte con la belleza de hijos que produje— carcajeó.

— ¡Oh por Dios!— dije alzando mis brazos y moviéndolos como una loca— ¡qué emoción!

— ¡Ven!— insistió Lucy.

Entramos a la habitación de Lucy y en su cama había dos sabanitas extendidas a lo largo, una rosa y la otra azul. El niño y la niña eran totalmente iguales, sólo los diferenciaba sus géneros.

— ¡Qué bebés más lindos Lucy!— dije apretando mis mejillas.

— Lo sé, yo soy su madre— ambas reímos.

Me dirigí a la habitación de Dayra y estaba en su laptop con los audífonos puestos.

— ¡Hola!— dije.

— Hola chica... entra.

— ¿Qué haces?— pregunté curiosa asomando la cabeza hacia la pantalla de su laptop.

— Escucho música— dijo ofreciéndome uno de sus audífonos.

Escuchamos música y al llegar la hora, empezamos a vestirnos. Me puse un croptop blanco con una falda morada que tenía un estampado de galaxia, Dayra se puso un croptop fucsia con un short alto color blanco. Al pasar media hora el timbre sonó, la casa de Dayra estaba solamente con nosotras 2 dentro... y no esperaba a nadie.

— ¿Quién podrá ser? — dijo Dayra con una postura de preocupación.

— No lo sé...

— ¿Ve a ver tú, si?— dijo Dayra.

— ¡Agh! cobarde...— dije dándome la vuelta. Ambas fuimos a la puerta, y al abrirla era...

Jamás ImaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora