Mejor tarde que nunca

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Capítulo 26

Mejor tarde que nunca


Salimos del hospital en silencio, una nueva y extraña atmósfera nos rodeaba. Las palabras de mi hermana resonaban en mi mente, no para confundirme, sino reafirmando la resolución que había tomado desde que abrí las puertas del ascensor. O quizás antes... o quizás después. Sí, tendría que resolver mis problemas de autoestima, mi tendencia a la culpa y al pesimismo. Sí, tendría que aprender a perdonarme, a dejar ir el pasado y no dejar que sus ataduras me impidieran avanzar en la vida. Y lo haría. Pero no alejaría a las personas que quería en el proceso.

Estaba agotada, tanto física como mentalmente. Aún así, las ideas nunca habían estado tan claras.

Brandon caminaba despreocupado a mi lado, una sonrisa coloreaba su rostro.

—Tu hermana es una líder nata —comentó con gracia. Hacía frío y se notaba por el vapor que salía de su boca al hablar.

—Sí. Lo siento.

—¿Por qué? Fue divertido, además deja en claro que eres muy importante para ella. Y yo me tomo sus palabras con toda la seriedad del mundo, porque para mí también eres importante, Amy.

Su tono era ligero, pero el ambiente se tiñó de formalidad.

—Brandon, yo...

—Espera, déjame decirte esto ahora, porque he intentado hacerlo toda la semana pasada. —Sonrió, con un deje de frustración—. Fuera de mi familia y de Jason, nadie me conocía. No me interesaba sincerarme con la gente, pero contigo es diferente porque quiero que sepas quién soy, con mis lados oscuros y sombríos incluidos. Y yo también te conozco a ti, Amy. Sé que aparentas ser fuerte, pero lloras a escondidas. Me gustaría que dejaras de hacer eso. Si te sientes triste, no finjas estar feliz; si quieres llorar, llora. Y no cargues con todo sola, por favor te lo pido. Deja de aislarte. Deja de alejarme.

Jenna caminaba a mi derecha con la mirada puesta en lo que tenía enfrente, sin prestarnos verdadera atención y como pocas veces sucedía, me alegró que no le interesara.

Escuchar esas palabras me provocaba una doble reacción. Por un lado, era doloroso porque era la pura verdad. Hacía tanto tiempo que prefería guardarme el dolor para mí misma, porque sentía que esa carga me pertenecía y no tenía razones para molestar a otro con mis problemas. Pero llegaba un punto en el que ese peso se hacía insostenible.

Por otro lado, me sentí feliz de que Brandon supiera lo que me pasaba, aún sin decirlo en voz alta. Y era tan agradable poder contar con una persona a la que de verdad le importas.

Mis brazos envolvieron su torso y apoyé mi mejilla en su pecho. Sus latidos se dispararon y me reí un poco, porque ahora sabía la razón detrás de ese arrítmico palpitar. Era yo y eso se sentía muy bien.

—Gracias, Brandon. Tú siempre estás a mí lado cuando lo necesito. —Él extendió su brazo para apoyar su mano en mi hombro y con cuidado me devolvió el gesto—. Entiendo lo que dices, pero todavía sigo siendo un monstruo que no te merece y del cual deberías alejarte.

Sentí su cuerpo tensionarse por lo que acababa de decir, ya esperando lo peor. Pero, en realidad, no tenía de qué alarmarse en esta ocasión.

—No, Amy...

—Shh... déjame terminar —lo interrumpí para evitar que malinterpretara—. A pesar de esa verdad, soy egoísta y no quiero tenerte lejos. Ni puedo. Antes de que lo dijeras, ya me había decidido a no aislarme, ni alejarme. De ahora en más, apartarme será tu decisión y si así lo quieres, respetaré tus deseos. Pero yo no volveré a moverme de tu lado, me quedaré contigo.

Ella es mi monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora