ESPERO QUE HAYAIS DISFRUTADO EL PRIMER CAPITULO.
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-Este también es monísimo.- Alex vuelve a aparecer en el probador, con un sujetador esta vez, lencero de color azul marino.
-Estas braguitas le van a encantar, tía.- dice en este caso, Mery. Introduciendo 5 partes de abajo, que no pueden ser mas provocadoras y sensuales porque no había mas.
-Chicas, ¿qué os hace pensar que va a pasar?
Ellas se miran, ríen y me abrazan.
-Hoy es tu cumple, Roxy. Y tu novio ha recorrido cientos de kilómetros para verte.
-¿Piensas que va a estar dandote besitos en la mejilla toda la vida? tiene algo que quiere utilizar.
Hablan mis amigas, coordinadamente.
-¡Guarras!- digo riendo.
-Eso decíamos nosotras al principio...- reprocha Mery.
Ruedo los ojos. Y sigo probandome ropa.
La verdad, es que no lo he pensado mucho.
¿Pasará? Y si surge, ¿saldrá bien?
Nate hará lo posible para que sea cómodo.
Tengo ganas, pero miedo.
¿Será esta noche? ¿O en alguno de los dos viajes?
¿Donde ocurrirá? ¿Qué haremos antes? ¿Debemos hablarlo?
Mi cabeza me bombardea a preguntas difíciles de contestar. Pero mi subconsciente, me resguarda de ellas.
Roxy, sabes que todo saldrá bien. Es Nate. Tu novio. Con el que tienes confianza y mucho cariño.
Cuenta hasta tres, y vuelve a la vida real. Con tus amigas, de compras.
-A mi me pasaba igual.- Alex me saca de mi pensamiento.
-¿Qué?
-Yo también me comía la cabeza. Pensando en que si saldrá bien, o si lo tenemos que hablar y eso.
-¿Cómo sabías...?
-Tía, somos tus amigas. Te conocemos.- dicen las dos a la vez.
-Pues me dais miedo, que lo sepáis.
Ríen y salen del probador.
Después de unas 2 horas de mi preciosa mañana de cumpleaños en comprarme ropa para los viajes, llegamos a mi piso.
Dejamos las bolsas en mi habitación y vamos al salón.
Cojo mi móvil, que se encuentra en estado de casi muerte debido a todas las llamadas y mensajes que han enviado familiares y amigos para felicitarme.
Agradezco y devuelvo llamadas.
Seguidamente, llamo a Nate.
-Hola Rox.
-¿Dónde estáis?
-¿Estais en casa?- dice refiriéndose a mi piso.- ¿vamos para allá?
-Vale. Un beso.
-Beso.
Colgamos.
-Los chicos vienen para acá.- informo a mis amigas.
-Bien. Podemos ir a algún sitio a comer.
-Si. ¿Alguna pizzería?
-Claro.
-Luego podemos ir a alguna discoteca si os apetece. ¡Ya podemos beber las tres!
-Aun así, no me hace mucha gracia eso de beber chicas.- digo yo arrugando la nariz.
-Prueba.
Hablamos durante unos quince minutos y alguien llama a la puerta.
Serán los chicos.
Abro y veo a Scott junto a David y Brad.
-¡Felicidades, Roxy!- dicen los tres a coro.
Después de todos los problemas con Brad y David. Alex consiguió solucionarlo todo. Ahora, David es su novio y Brad, su mejor amigo.
-¿Chicos?- les abrazo a los tres.- No nos veíamos desde hace meses, ya que ellos tampoco viven aquí, en Madrid.
Veo a Alex y Mery asomarse por la puerta del pasillo. Cada una divisa a su respectivo chico y se lanza a por él.
Ellas tampoco les ven desde hace bastante. Se puede decir que las tres hemos estado llevando relaciones a distancia que por suerte, han tenido resultado.
Mientras ellas hablan en la puerta, invito a Brad a pasar.
-¿Cómo va todo?- pregunta sonriendo.
-Pues... Hoy genial. Han venido a visitarme, novio y amigos a los que no veo desde hace meses.
-Me alegro de que estés contenta.
-¿Y tu? ¿Has encontrado chica?
-Casualmente si.- dice sonrojándose. Yo doy varias palmaditas ilusionada.- Se llama Lucy. Llevamos viviendo 2 meses juntos.
-¿Qué? Oh, eso es genial.
-¿Qué es genial?-Alex, Mery, Scott y David entran en el salón.
-Lo de Lucy.- le contesta Brad a Alex.
-Ah, ¡es genial!- Alex entusiasmada, nos contagia una sonrisa a todos.
Vuelven a llamar a la puerta y los demás chicos entran.
Busco a Nate, pero no lo veo.
-Ed, ¿y Nate?
-Pues... Ha ido a... A ver Madrid.
-¿En serio?- digo sarcástica ya que no se le da bien mentir.
-Jason. ¿Dónde está Nate?
-Llega en 10 minutos.
-¿Pero dónde está?- insisto.
-Roxy, tengo hambre.- dice Mery.
Mi pensamiento sobre Nate se aleja. No he recibido bien a mis invitados.
-Perdonad chicos. ¿Quereis tomar algo?
Me dirijo a la cocina con una fila de chicos y chicas tras mí.
Cojemos algo para tomar y volvemos al salón.
Nate entra en el piso. Y una chica conocida a la cual no desearía ver, con él, en el resto de mi vida.
