Capítulo 3

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Quedo asombrada. ¿Qué hace aquí?

-Hola.- dice la chica que se lió hace dos años con mi chico.

No digo nada. Solo miro a Nate.

-Felicidades.- vuelve a hablar la chica.

Tampoco respondo. Saco mi móvil del bolsillo y disimulo como si estuvieran llamándome.
Salgo de mi casa. Bajo al portal y camino hacia el metro.

No entiendo nada. Sinceramente.

Espero a que llegue el metro de la linea 2.

Entro y me siento.

En la siguiente parada, suben un enorme grupo de chicos y chicas en el vagón. También sube un chico rubio alto, con ojos azules. Se sienta a mi lado.

El grupo de chicos empieza a hacer el idiota. Creo que algunos van borrachos.

Una chica saca un paquete de patatas y comienza a repartirlo por todo el vagón.

Yo me río. Y el chico rubio me repite. Tiene una sonrisa de miedo.

Miro mi móvil. Varias llamadas de mis amigos y una de Nate. Solo una.
Borro las notificaciones de la pantalla de bloqueo y suspiro.

-¿Esperando la llamada de alguien?

-¿Eh?- miro a mi derecha.- Bueno...no.

-¿Estas bien?

-Si. Gracias.- sonrio falsamente.

-¿segura?

-Si, mas o menos.

-¿Cuántos años tienes?- pregunta interesado. De verdad, es muy guapo.

-Hoy, 18.

-¡Guau! ¡Felicidades!

-Gracias.- esta vez sonrio de verdad.

-Yo soy Matt.

-Yo Roxy, encantada.

Nos sonreímos. Y hablamos durante varias paradas.

-¿En qué parada bajas?- me pregunta.

-En ninguna en general. Solo venía para despejarme.

-Ya somos dos.

Seguimos hablando unos 30 o 40 minutos. El metro llega hasta la ultima parada y vuelve a la parada de mi casa. Se abren las puertas del metro.

-Esta es la parada de mi casa.

-¿Si?

Afirmo con la cabeza.

-Pues enseñame donde es.- el chico agarra mi mano mientras suena el aviso del cierre de puertas. Y salimos del lugar.

Subimos escaleras y llegamos a la superficie.

-Matt, sinceramente, no se me apetece ir a mi casa. Ya te he contado que están todos allí y...

-No importa. Te enseño yo la mía entonces.

-¿Vives aquí?

-Bueno, un poco mas para allá, cerca del Palacio Real.

-Guay, estamos muy cerca entonces.

Sonreímos.

Caminamos hasta su casa, sin parar de hablar. Matt hace alguna que otra gracia y me provoca carcajadas.

Algunas chicas le miran con ojos desorbitados. El chico, solo se centra en mi. La verdad es que parece modelo. Además de cuerpo es interesante.

-Es aquí.- agarra mi mano de nuevo, y tira hasta quedar frente al Palacio Real, en un edificio de la izquierda.

-¡Vaya, si lo tienes en frente!

-Si, la verdad es que las tardes aquí son preciosas. Suelo subirme a la azotea para ver mejor.

Subimos hasta el ultimo piso, que creo que es el 4°.

Matt abre la gran puerta de madera, que da paso a su acogedora casa.

Se abre directamente a un pequeño salón. Con sillas y sillones de color marrón.
Un gran ventanal se expande por toda la sala. Que está acompañada por plantas, pinturas y dibujos esparcidos sobre una mesa pequeña, ante los asientos.

Algunas estanterías, llenas de libros de pintura. Decoradas con pinceles y artilugios para dibujar.

-¿Son tuyos?- señalo unos papeles llenos de garabatos que forman caras de personas desconocidas. Cuerpos humanos desnudos. Varias flores y un pájaro. Un colibrí exactamente. Con un plumaje llamativo, lleno de color.

-Si, ¿te gustan?- dice él, recogiendo algunos papeles tirados por el suelo.

-Son preciosos. Dibujas muy bien.

-Gracias...- agradece sonrojado. Se rasca la cabeza en señal de vergüenza y una sonrisa tímida pero de lo mas sexy se coloca sobre su mentón.- Esto...te enseño mi pequeño hogar, ¿quieres?

-Por supuesto.

-Bueno, ya has visto el salón. Un poco desordenado- continua recogiendo papeles- pero, es bonito y agradable.

-La verdad es que si... O sea, lo de bonito y agradable.- digo yo también tímida. ¿Qué ocurre?- no lo de desordenado.

-Eso también.- ríe.

Varios segundos de silencio transcurren en los que yo suspiro sonriente y sigo divisando el lugar.

-Eh, sigueme. Por aquí está mi habitación, la cocina y el baño.- vuelve a cogerme de la mano y me va explicando rápidamente cada habitación.- y por último, lo mejor de la casa: Estas escaleras.

Unas escaleras caracol de metal amarillo en las que no mas de una persona podría subir a la vez.

-Estas escaleras, llevan a mi paraíso.

Sentimientos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora