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Bajo las escaleras intentando olvidarlo. Pero... ¿Realmente está enamorado de mi? ¡Y yo le dije que la intentara conseguir como fuera! Soy idiota.
Llego al coche y subo.
-¿Dónde estabas?- pregunta Nate.
-Tenía que despedirme de un amigo.
-¿Del que me pegó?- frunce el ceño.
-No, de su hermano.
-El que te da besos.
-Venga, Nate. Tengamos un viaje en paz.
Tom arranca y no tardamos mas de 10 minutos en llegar al aeropuerto.
Me despido de mi mejor amigo con un enorme abrazo y nos dirijimos a nuestra puerta de embarque.
Entregamos nuestra información personal y subimos al avión.
Nate me invita a sentarme en la ventana, y yo acepto encantada.
2 horas y media de vuelo. En las que me quedo dormida sobre el hombro de Nate.
-Niña, despierta. Que ya estamos.- susurra en mi oído.
Hago como que no escucho.
-Venga, despierta... Que bonita eres cuando duermes.
-Lo se.
-¡Venga!
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-Y esta es su habitación. Tiene salida a la piscina por aquella puerta. Pueden dejar sus maletas aquí, y colocar la ropa en aquel armario. Por ahí está el servicio y un pequeño salón.
Aquí tienen en teléfono del hotel, por si les apetece cualquier cosa. Muchas gracias, por venir y disfruten.- el botones sale de nuestra habitación entregándonos un llavero con unas 5 llaves.
Empiezo a chillar con una niña pequeña, como si le acabaran de decir que va a Disney Land.
-¿Emocionada?
-Muchísimo.
-Mira que vistas.
Me acerco al ventanal ante la cama. Da a la piscina y de fondo, se ve el mar.
-Son impresionantes.
-Ya te digo...-me giro, y observo a mi novio, recorriendo de arriba a abajo mi cuerpo.
-Me refiero a las vistas desde la habitacion.- ruedo los ojos.
-Y yo a las vistas desde aquí... Mis vistas son mejores que las tuyas.- comenta acercándose sensualmente hacia mi.
-¿Ya quieres estrenar la cama?- digo levantando una ceja.
-O el sofá, el suelo, la bañera... Hay muchos sitios.
Yo me río mientras el me rodea la cintura y me besa la frente.
-Gracias.-susurra él. Le abrazo con fuerza hundiendo mi cara en su pecho.
-Venga, que tienes muchas cosas nuevas que estrenar.
-Es verdad. ¿Que hacemos?
-Tu, ponerte tu bañador nuevo.
-¿El blanco?
-Si te pones ese, tendrás peligro conmigo en la piscina...
-Pues me lo pongo.- le guiño un ojo y abro la maleta.
Al cambiarme y pasar ante Nate, queda con la boca abierta.
-Espero que no pille a ningún tío mirándote. Aunque va a ser difícil...
-Y yo como vea a alguna mirándote...
Él va con un bañador azul marino que le hace resaltar su morena piel y su pelo está mas claro, por el sol.
Abro la puerta que da a la piscina, y dejo las llaves a Nate para que cierre detrás de mi.
Me fijo en nuestro ventanal. Por fuera es un espejo. Nosotros vemos el exterior, pero no se ve el interior... Mola.
La piscina es bastante grande, aunque no hay casi nadie.
Una pareja mayor que nosotros, cuatro chicas junto a otros cuatro chicos y dos niños, seguramente hijos de la primera pareja.
El grupo de chicos y chicas, se gira a vernos nada mas aparecemos allí.
Y no me extraña, el chico a mi izquierda parece un modelo de Calvin Klein. Y el bañador que llevo, es muy sexy.
-Esos no paran de mirarte.
-A los dos. Vamos a bañarnos, corre.
Agarro a Nate de la mano y me acerco al bordillo.
-No, en serio. Creo que te vas a cambiar de bañador. No paran de mir...- y antes de que acabe la frase, le tiro a la piscina.-Serás...- dice al salir.
Yo me río llamando aun mas la atención de los chicos. Y me tiro de cabeza unos centímetros a la derecha de Nate.
Antes de salir a respirar, el idiota de mi novio agarra mi pie hundiendome de nuevo. Y casi me ahogo.
Por fin salgo, e intento ahogarle apoyandome en sus hombros con todas mis fuerzas, pero obviamente, es imposible.
Y pasamos horas y horas repitiendo la operación de intento de ahogo y beso hasta que salió la luna.
