Hola, amiga. Otro pesado más, seguro.
¿Qué acabas de decir? Me quité las gafas y le observé.
Hola, amiga. Me repitió.
Tú y yo no nos conocemos como para decirme amiga. Me ajusté las gafas y di por concluida la conversación.
Eres Steve, la chica más lista del curso. Que pelota, ¿qué quería?
Ajá. Que me dijese ya qué quería y me dejase en paz.
¿Sabes quién soy? Claramente no tenía ni idea.
Sí, ¿un idiota egocéntrico? Así se callará la boca.
Auch, eso dolió. Que pesado de chico.
Muy bien. Déjame leer.
¿No me conoces? ¿Era tonto? Ya le había dicho que no.
No. Le vi sorprendido.
Yo conozco a todos. Esa burla me molestó y seguí con mi libro.
Me alegro. Él debía saber que yo era nueva y no conocía a nadie por ello.
¿Y qué haces? Noté un poco de impaciencia en su voz. Miré cómo miraba a otros lados.
Oye, si quieres filtrear vete a otro lado. Se quedó callado, pensando una excusa.
No, no. Miré más allá de su hombro y después me fijé en él. Resoplé enfadada mientras dejaba mis gafas.
Ah, ya veo, tu amigo va a por la fácil de turno y tú a la difícil. Se quedó de nuevo callado, perdido en sus pensamientos.
Eso no es verdad. Le tembló la voz, ¿acaso no se dió cuenta de que no era tonta?
¿Acabas de decirme que soy fácil? Iba a hacerle sentir mal, y con esa pregunta lo había logrado.
No. Estaba contrariado, no sabía la respuesta correcta.
Entonces, ¿que soy difícil? Puse voz de enfado aunque lo hice más sarcásticamente.
... Llegaba el fin de la conversación.
Para qué me molesto. Fingí desdén y me coloqué las gafas para seguir leyendo.
¿No te aburres estando siempre aquí? Se estaba impacientando, lo notaba.
No. Tenía que acortar la conversación.
Yo creo que no te gusta estar sola, pero no sabes cómo hacer amigos. ¡Qué capullo! ¿Cómo iba a hacer amigos siendo nueva y con gustos tan particulares? Y encima me sonríe con sorna.
Primera verdad, me gusta estar sola, segunda verdad, paso de relacionarme con gente que es gilipollas. Me estaba empezando a molestar mucho.
¿Quiénes son gilipollas? Creía que él ya sabría quién.
Tú. Estúpido.
Ah. Estúpido.
¿Te vas a ir? Vete lejos de mí, ¡estúpido!
No, es que no quiero estar con ellos. Más mentiras de su boca.
¿Quiénes? Le seguí el juego enfadada.
Los gilipollas. Me quedé quieta como una piedra.
Entonces vete de mí. Dejó de sonreírme, bien.
¿Por? ¿Estaba sorprendido?
Porque soy una gilipollas. Manera de decirle que no siguiese conmigo.
No lo entiendo. Psicología inversa, estúpido.
Persona lista más persona gilipollas igual a persona medio gilipollas más persona gilipollas, igual a persona gilipollas más persona sumamente gilipollas. Espero que lo comprendiera.
Que matemática. Se me escapó una sonrisa, lo había pillado.
Vete con una de esas Barbie. Me sonrojé y bajé la vista al libro, aunque no quería leer.
No me relaciono con ellas. Vi que las miraba y se quedaba embobado.
¿Acabas de decirme que no soy guapa? Lo admito, me gusta la pelea.
¿Qué? No era eso. ¿Otra vez caía?
Entonces, ¿soy tonta como ellas? No respondas positivamente.
No. Sonó muy firme su respuesta.
Para ser tan mujeriego no sabes ligar ni con una. Puse un tono irónico aunque no se notó mucho.
Lo que ocurre es que eres una mojigata. ¿Perdón? Estaba aquí, siguiendo su absurdo juego, ¿y me dice eso?
Ajá. Decidí pasar ya definitivamente de él.
Arrancó mi libro de mis manos y lo llevó a una papelera. Muy maduro por su parte, pensé.
Me levanté con orgullo y me fui de aquel sitio que se hacía pequeño para los dos.Steven. Me gritó a la lejanía. Yo con una sonrisa falsa, volví. Sabía qué debía hacer.
Es Steve. Levanté la mano y le di una bofetada y con el bizcocho que había de postre, se lo estampé en la cara.
Me giré de nuevo y le dejé ahí plantado.
El comedor reía mi gracia y de seguro él estaba rojo y consumido por la ira.
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Corazones sin Habla [I]
RomanceGeorge y Steve. Dos desconocidos muy parecidos. Estado: Terminada Segunda parte: Corazones sin Remedio