Steve. Ella siguió andando, directa hacia su casa.
¿A qué vienes? Se paró y se giró seria.
Quiero pedirte perdón por lo del otro día. Suspiró y se apoyó en una farola.
Has hecho muy bien la obra, pero no la has besado. Levantó una ceja y sonrió.
No quería besarla a ella. Ambos nos sonrojamos y nos reímos sin motivo.
Durante esta semana no se ha parado de hablar sobre tu rechazo. Era cierto, la obra se hizo ya hace unos días y la noticia iba de boca en boca.
Y eso que no la dejé plantada en el escenario. Ella me miró dulcemente y me tendió la mano.
Gracias por no arruinar la obra final. Le cogí de la mano y la acerqué a mí.
Lo hice por ti. Por nadie más. Le miré a los ojos y quise besarla, pero no me atrevía.
¿Quieres ir a dar un paseo? Señaló el parque que había más adelante.
Ojalá pudiera, pero tengo que hacer unos recados. Ella asintió y me soltó la mano.
Mañana nos vemos. Su voz empezó a temblar.
Mañana no será la última vez que nos veamos. Lo juro. Levanté mi mano y se lo prometí.
Eso espero. Sabía que debía estar a punto de llorar pero no podía quedarme con ella.
Cuando nos separamos, me arrepentí de no haberme ido con ella, pero si le acompañaba, le habría besado y me arriesgaba a que la perdiese para siempre.

ESTÁS LEYENDO
Corazones sin Habla [I]
RomansaGeorge y Steve. Dos desconocidos muy parecidos. Estado: Terminada Segunda parte: Corazones sin Remedio