El Silencio que se esparcirá

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(26 de Mayo)

-¿¡Qué demonios vamos a hacer?!, gritaba Daniel,-¡estarán aquí en cuestión de segundos!

Intentaba pensar en algo, cualquier cosa, cualquier cosa que nos pudiera ayuda, pero era casi imposible, todo estaba saliendo mal. Sin embargo, Camila, tuvo una idea...

-Esto es lo que vamos a hacer...-intentaba decir Camila.

-Maldita sea, maldita sea, nooo...- replicaba Esteban.

-¡Vamos a calmarnos!, no conseguiremos nada así. Ca, Ca, Camila, dímelo ya-le dije.

-Mira esa pared, no está de igual forma que las demás, tengo, tengo una idea, no te hemos contado todo sí? Hemos estado aquí antes...

-¿Qué? Antes, aquí, ¿por ustedes están todos estos muertos?- pregunté.

-Sí, mira no tiene sentido explicar ahora, esa pared, tiene una compuerta secreta, no es tan grande como para una persona término medio, pero yo creo que puedo pasar...-decía Camila.

-¡¿Estás loca, quieres terminar como Allaison?!-gritó Daniel.

-Nunca supimos si lo consiguió o no. Puede que haya sobrevivido...-dijo Camila.

-¡No me importa una mierda eso ahora, estamos a punto de ser rodeados, y no hay salida alguna!- grité.

-Está bien, escucha, yo puedo bajar, hemos visto algunos de esos vehículos, alguno, debe servir, DEBE de servir alguno.-dijo Camila.

-¿Y crees que será así de fácil, así no más, ir, buscar el vehículo y ya? ¿Qué crees de los infectados?-dijo Esteban.

-Ya se nos ocurrirá algo, lo importante es ver una salida.-dije.

-Bueno, bueno, ayúdenme aquí, conozco donde termina esto, tan sólo debo salir por una ventana trasera abajo, buscar un vehículo y recogerlos.-dijo Camila.

-Vale, vale, Camila, mírame, ten cuidado, sólo, no te dejes alardear de esas caras, confiamos en ti, no..., no he estado lo suficiente con ustedes, pero ahora mismo la única manera de salir de aquí es por ti.-le dije.

-Tranquilo, sé cuidarme allá abajo. Ja.-dijo Camila, mientras la ayudábamos a bajar.

-¿Camila puedes oírme, Camila?-decía Esteban.

-Ya llegué, está despejado aquí, intentaré... intentaré buscar el carro y larga... ¡Oh mierda!

-¿Qué, qué pasa?-grité.

Un ruido horrible, las melodías no paraban de sonar, unos fuertes golpes no dejaban de cesar, de repente, un estruendo horrible, la puerta estaba a punto de ceder. Los infectados, quinientos, eran demasiados para nosotros. Apenas éramos 3 hombres protegiendo un pequeño cuarto, Camila estaría a punto de ir a buscar el carro.

-Maldición. ¡Camila, ve, corre, nosotros nos encargaremos, ve ahora!-grité.

-Maldita sea, esto se va a poner muy pero muy feo, a ver, mierda, hey...-otro ruido me calló la boca.

-¿¡Pero qué demonios está pasando aquí!?- dijo un hombre armado, no sabía quien era.

-¿Gust... Gustavo, hijo de puta, dónde te habías metido?-dijo Esteban.-Te dimos por muerto hace días, no respondiste a ninguna llamada por radio, y ahora, cómo demonios, cómo diablos entraste aquí.

-Escuché los disparos y la alarma de la casa, han hecho un buen lío, ustedes pedazos de idiotas, dejaron un hueco abierto en las rejas, algunos infectados lograron salir. Los he matado a todos, pero podrían acercarse al Club. Ahora díganme qué mierda está pasando aquí.-dijo Gustavo.

La última oportunidad (The Last Stand)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora