Corría por las calles buscando un lugar seguro donde poder esconderme, ¿a quién se le ocurre viajar a una ciudad en guerra civil? A mi po', si mi mami siempre me dijo que yo era weón. Me encontré de frente con un grupo de pendejos con la cara tapa' típico de protestantes chilenos y me escondí detrás de unos arbolitos.
No creo na' en vo' weón pero, si me ayudai' a salir de ésta - susurré mirando al cielo - prometo ayudar al resto - una weá difícil pa' mí, un antisocial culiáo que prefiere quedarse en la casa y masturbarse frente al pc. Cuando caché que los pendejos habían desaparecido seguí corriendo, necesitaba encontrar un arma y jugar un rato al CS, no me negaría a ser campero por hoy.
Ya con el corazón a mil decidí descansar sobre un árbol, con mis dotes de Panda (porque estoy terrible guaton) trepé al más grande, y todo rasmillado por las ramas me quedé sentado, de hace mucho tiempo que no me encontraba en esta situación culiá y tenía más miedo que la chucha.
Mamita perdoname por ser weón - susurré afirmando el tronco, estaba a punto de bajarme cuando una familia gringa corría en la dirección contraria a la que iba yo, no alcanzaron a llegar al árbol cuando aparecieron estos árabes culiáos y los acribillaron. Cerré los ojos y afirmé más el tronco — conchesumadre — repetía en mi cabeza incontables veces. El llanto de un bebé me saco del shock e intentaba buscarlo a través de las ramas, no veía ni a los árabes ni al bebé y supuse que estaría bajo el cuerpo de la familia gringa. Ya no sabía pa donde ir, Jaime Navarro se encontraba completamente muerto en vida. Escuchaba las balaceras dignas de la legua emergencia y más miedo me daba, no sabía como aún no me orinaba en los pantalones de forma automática.
No seai cobarde Jaime culiáo - me regañé - vo' eri weón no cobarde - me bajé del árbol para caminar en una dirección distinta a la que venía e iba, no llevaba más diez minutos cuando se para un tanque frente a mí y sí, me oriné cagao' de susto de que la weá me reventara.
¡Passport! Where has you passport?! - gritaba el conchesumadre, como pude saqué la weá del bolsillo. Se bajaron dos gringos del tanque y revisandome por completo me subieron con ellos, ¡Me habia salvado!