La chica que amaba a Tom Gordon.
Tom era un chico de cuarto medio, solía mirar a las mujeres que practicaban danza con sus amigos. Se reían de todo lo que sus cuerpos se movían o de los buenos culos que se gastaban. Cuando llegué a mi casa después de la escuela me paré frente al espejo mientras me desvestía.
- igual tengo cintura - pasé mis manos delicadamente por mi cuerpo, la prestobarba que usaba mi madre para casos de emergencia estaba en un estuche transparente, la saqué con cuidado y delicadamente la comencé a pasar por mis piernas. Siempre me habían dicho que era lampiño y ahora lo comprobé, no me demoré más de treinta minutos en depilarme las piernas.
Corrí hasta el dormitorio de mi madre y revolví su cajón donde tenía la ropa de verano, tome una falda color rosa que tenía y volví corriendo al baño. Al ponerme la falda sonreí frente al espejo de cuerpo entero. Me senté en el piso con las piernas cruzadas y comencé a sacar fotos con mi celular, era importante que no se viera mi rostro ni mucho menos algo que notara mi masculinidad. Mi piel blanca era provocativa a través de las fotos pero, mis pies nunca me habían gustado. Corrí nuevamente al cuarto de mi madre y revisé sus zapatos. Encontré unos bastante lindos, repetí los pasos anteriores y comencé a jugar con mi celular. Reía a carcajadas por las fotografías. Ordene todo en su lugar y me metí a la cama.
Cuando volví del colegio al otro día y entre a instagram comencé a ver las fotos en las que Tom daba me gusta, fotos de muchachas muy provocativa y se me ocurrió una idea. Creando un instagram que ocultara completamente mi identidad subí la fotografía. No alcanzaron a pasar diez minutos cuando la fotografía tenía 100 corazones y muchos comentarios. Mi corazón se aceleró cuando Tom pedía mas fotografía.
Y así empecé con mis mensajes por fotos en instagram, dedicándole mi amor con fotografías mías bastantes provocativas, cada vez más sucias y sexuales. Claramente sólo de la parte que más me gustaba, mis piernas y trasero.