Bajo El Agua #CWEN2

Capitulo 7: Un Capuccino, una soda y un beso

POV Lucero

Mi semana transcurrió de lo más normal, clases, exámenes, y ya era jueves. Acompañé a Andrés a su partido de Futbol, realmente grité, me emocioné, hacía barra y Dios mío, ¡Ganamos! Salió de la cancha y todos corrieron a buscar a sus novias, bueno quienes la tenían en la cancha, mi novio se quedó hablando, no sé qué, con unos de su equipo, me acerqué y le di un beso en la mejilla.– Felicitaciones.

– Gracias, ¿viste cómo jugué? Sin mí este equipo no sería nada. – Presumido. Ególatra.

– Todos jugaron muy bien. ¿Qué van a hacer ahora?

– Vamos a celebrar, debo irme a duchar y salimos.

– Es jueves, mañana tienes exámenes.

– Tranquila si no me quieres acompañar, no hay problema. No trasnocharemos, será para refrescar la garganta nada más. Entonces ¿vas? – Lo dicho soy como la cuarta en su lista.

– No, llévame a mi casa por favor. Mejor, pido un taxi.

– ¿Segura? – Creo que no estaba segura, estaba segurísima, desgasté mi garganta por hacerle saber a mi novio que lo estaba apoyando en su partido de Futbol para que él prefiriera salir con sus amigos. Bien Lucero, Andrés es un súper chico.

– Si, ve, tus amigos te esperan. – Se fue. Y agradecí al cielo que aun quedaran chicas por ahí sin novio, para no ser la única estúpida gritona, eufórica abandonada. Caminé unos pasos, salí de todo el bullicio de la cancha y llegué a la carretera, me abracé a mí misma y comencé a llorar. Un auto se detuvo unos metros delante de mí y sentí pánico como si fuese una película de terror. Miré para todos lados y traté de regresarme.– Oye No, espera, soy yo.

– ¿Fernando?

– Exacto. ¿Qué haces sola por aquí? – Comenzó a acercarse a mí y sequé de inmediato mis lágrimas.

– Iba a buscar un taxi.

– Hubiese sido mejor que lo hubieras llamado, por acá no pasan taxis. Te puedo acercar a tu casa. – Moví mi cabeza en modo de negación, él sonrió.

– ¿Un café? ¿O sea te puedo invitar un café? Hay una cafetería unos pasos más abajo. – asentí. – Bueno, agradezco que hayas aceptado, pero debes subir a mi auto. Es decir, para llevarte hasta allá.

– Okay. Pero serán unos minutos, es que mañana tengo exámenes.

– Tranquila, serán dos minutos de aquí a la cafetería, cinco minutos que tardemos esperando el café y lo que tú demores tomándolo. - Me sonrió de nuevo y guiñó su ojo. – ¿Aceptas? – Sonreí de respuesta y creo, creo que me ruboricé. Me abrió la puerta del auto y luego de unos cuantos metros llegamos a la cafetería. Me ayudó a bajar y nos sentamos en un lugar de la entrada. La mesera se acercó a nosotros él pidió un capuccino y yo una soda.

 – ¿Te quieres ir rápido?

– ¿Por qué la pregunta?

– Pediste una soda, eso no demora nada en prepararse.

– No, bueno si, pero... - Ni idea que hablar con él, y cada vez que sonríe me deja muda.

– ¿Qué hacías sola por esa calle? ¿Estabas en las canchas?

– Si, acompañaba a mi novio a su partido de futbol. Pero me dio dolor de cabeza, decidí salir a tomar un taxi.

– ¿Tienes novio? – Como si no lo tuviera pero sí, sí tengo.