Fernando nos miraba fijamente, no decía nada, no pronunciaba palabra y yo tampoco. Los médicos seguían haciendo revisiones, uno de ellos se acercó a mí.
- Lucero, ¿Lucero me escuchas?
- Si Doctor, disculpe, ¿qué está pasando con Fernando? – Mi voz se sentía nerviosa.
- No te puedo asegurar que los reconocerá a todos. – Me dijo mientras escribía algo en su anotador.
- ¿Perdió la memoria? – Pregunté de inmediato y levantó su rostro.
- No, pero los sedantes y el resto de medicamentos pueden generar algo de amnesia pasajera, poco a poco irá recordando.
Miré de nuevo hacia la camilla, Samuel esperaba ansioso poder abrazar a su padre. Fernando me miró y sonrió, algo se tranquilizó dentro de mí, pero lo mismo hizo cuando vio a Susana y ahí no supe que sentir.
Los minutos pasaron, y los médicos se marcharon, dándonos algunas recomendaciones.
- ¡Pá! - Se acercó Samuel – Hola Papi, por fin te despertaste.
- Campeón. – Su voz se sentía débil. – me demoré un poquitín.
- ¿Qué te duele?
- Me duelen hasta las pestañas. Pero al verte ya no mucho. – En ese momento no sabía qué hacer, si acercarme, hablar o quedarme ahí.
- Fuiste muy fuerte. – Comentó Susana. – Han sido días de cirugías y espera, pero mira, estás ya despierto.
- Si, aunque no me siento del todo bien – sonrió – no me acuerdo de muchas cosas.
Mi corazón estaba latiendo a mil por hora, quería abrazarlo, decirle que estaba ahí. Susana se acercó a Samuel y le dijo algo al oído, él sonrió y se marcharon.
- ¿Qué no recuerdas? – Dije esperando su dura respuesta.
- Tengo muchas lagunas, tu voz me es conocida. – Mis lágrimas se amontonaron en mis ojos – esa voz dulce la he escuchado en mis sueños.
- ¿No te acuerdas de mí? ¿No recuerdas nada, nada? – Fernando extendió su mano, me acerqué y la tomé.
- Recuerdo tu voz, recuerdo decirme que me esperas, que luche, que me amas. Pero no puedo recordar tu nombre. – De nuevo sentí que me congelaba y solté su mano - ¿Eres la chica de mi equipo de natación cierto?
- Fernando, ¿estás jugando conmigo?
- No, jamás jugaría con eso, yo también te amo. – Sonreí y lo besé. – Aush, pasito, que aún duele.
- Perdón, perdóname. Pensé que realmente no recordabas mi nombre.
- Lucero, jamás me olvidaría de ti, ni de todo lo que te amo. Pero aun no recuerdo que pasó el día del accidente.
- Fernando no fue un accidente. Fue...
- Bueno el atentado ese... - Se acomodó un poco en la camilla – Sólo te recuerdo a ti, pidiéndome que no muriera, luego recuerdo luces de ambulancia y paramédicos subiéndote a una camilla. En ese momento pensé que quien moría eras tú.
- ¿Qué? – Yo no recordaba eso, y las palabras débiles de Fernando me estaban asombrando. - ¿Quedé inconsciente primero que tú?
- Si, supongo que sí; Lucero, en ese momento cuando vi que te ibas me dejé caer, grité con fuerza para sacar el dolor no solo de mi cuerpo sino de mi alma. - Me abracé a él, con delicadeza, y lloré en su pecho. – Ahora mi alma renace, de nuevo escucho tu corazón aquí junto al mío. Tu voz en medio de la oscuridad me llenó de fuerza. No sé si estaba soñando, pero escuchaba a lo lejos cuando me decías que luchara.
- No mi amor, no eran sueños.
El médico entró, ya era hora de marcharme, Fernando no se encontraba en condiciones de seguir hablando.
Al salir le pedí a Susana que me permitiera llevarme a Samuel a mi casa, ella aceptó.
- ¿Mi Papá puede comer helado?
- Jajajaja, no corazón, aun no. El médico debe autorizar cuando puede comer.
- Pensé que no iba a volver a ver a mi papá. – Bajó el rostro.
- Pero mira, ya despertó y ya podemos abrazarlo y hablar con él. – Tocaron a la puerta. – ¡Siga!
- Hola Lu, Soy... Oh, pero si aquí está este príncipe hermoso. Hola Samuel.
- Hola Angie. ¿Cómo estás?
- Muy bien, ¿y tú?
- ¡Feliz! Mi papá ya despertó y ya pudimos hablar con él. – Angie me miró sorprendida.
- Samu, ¿te gustaría ir a jugar con Max al jardín?, dile a mi tía Ana.
- Siiii, ¡Max! Vamos... Corre.
Samuel corrió junto con mi perro al jardín, Angélica se estaba poniendo de colores al no contarle que Fernando ya había despertado.
- ¿Cuándo me pensabas contar? ¡Ah!
- Tranquila, lo supe hoy, y fue algo esperado e inesperado, sentía que el corazón se me salía, ¡estoy feliz!
- ¿¡Qué dijo de tu embarazo!? – Me quedé callada, no era que lo había olvidado, pero no sabía tampoco porque no se lo había dicho. – ¿Se lo dijiste? – Suspiré – No se lo dijiste. ¿Por?
- No sé, creo que se le voy a decir en un momento más íntimo, quiero que sea una sorpresa. Bueno, eso pienso ahora, en ese momento solo pensaba en abrazarlo y en asegurarme que fuera cierto que ya había despertado.
Mi celular comenzó a sonar, miré y era un número desconocido.
- Buenas noches.
- ¿Lucero? – Esa voz, de nuevo esa voz...
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Bajo El Agua #CWEN2
Romanceme hizo vibrar y mis sueños ya no estaban en mi cama, sino con él, BAJO EL AGUA. Escrita por Yessy :3