Capitulo 25: O Tú o Samuel

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POv Fernando 

¿Qué qué hago aquí? – Respondió Susana con altanería. 


Sacaste a Samuel de la clínica y no me avisaste. Vine antes de que te fueras para tu queridísimo trabajo.

– Entonces, ¿tengo que informarte qué hago con mi hijo?

– Obviamente, te recuerdo que quien tiene la custodia soy yo. – Susana se entró y se fijó en los libros que estaban sobre la mesa. 

¿Ahora estás estudiando periodismo o algo por el estilo?

– Papá... - salió Samuel de su cuarto limpiándose los ojos. 


Ya es hora de levantarnos.

– Si campeón. Mira, ya tu tía está aquí, vino por ti.

– Hola tía.... ¿Y Lucero? ¿Ya se fue? – Susana me miró sorprendida. El silencio se apoderó del lugar.

– Papá, ¿Dónde está Lucero?

Respiré profundo, no quería que Lucero tuviera un mal rato por culpa de Susana, pero tampoco quería que Samuel estuviera presente en la discusión que se avecinaba con Susana.

No campeón, Lucero no se ha ido. – Susana pareciera que se estuviera arrancando el labio por dentro. 

está descansando. Ve y le despiertas para que vayamos al entrenamiento. – Samuel corrió y, como lo presentía, Susana comenzó a hacer reproches.

– Metiste a esa mujer a esta casa estando el niño contigo. ¿Qué te pasa Fernando? Me imagino que te revolcaste con ella estando el niño aquí.

– Te calmas. Además, yo no tengo porque darte explicaciones a ti, es mi vida, mi casa, mi hijo y mi novia. ¿Qué te pasa a ti?

– Puede ser tu vida, tu casa, tu hijo y tu noviecita, pero en esta casa se queda mi sobrino que está bajo mi custodia y no le estás dando el gran ejemplo al meter mujeres aquí.

– ¡Por Dios Susana! ¿Mujeres? Es la primera vez que traigo a alguien a casa, y bájale al volumen que Samuel te debe estar escuchando.

¿Te asusta que el niño escuche o que escuche esa mujer?

– Por favor, Susana yo ahora llevo a Samuel a tu casa, el niño ha estado bien. Pasó una buena noche.

– No sabía qué hacer para que se marchara, además pesaba en lo que pudieran estar escuchando Samuel y Lucero en la habitación.

– Claro, igual que tú, me imagino. Permiso.

– ¿Para dónde vas? – Caminó apresurada hacia mi cuarto. - ¡Oye! – Entró y solo vimos a Samuel.– Samuel nos vamos. – inspeccionaba con sus ojos para encontrar a Lucero, igual yo.


 –Ve y te cambias ese pijama. ¡Rápido!

– Yo no me quiero ir contigo. Quiero que mi papá me lleve.

– Campeón ve y te cambias, luego paso a visitarte. – Samuel caminó a su cuarto. Lucero salió del baño, lista, y Susana la observó de pies a cabeza.

¡Qué descaro! – Pero Lucero no se avergonzó, lo contrario, alzó su rostro y miro desafiante a Susana. 


Bajo El Agua #CWEN2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora