POV Lucero
Los días pasaron y ya estaba dispuesta a ir a la Universidad, ya me había puesto al día con algunos trabajos y uno que otro examen, sentía que algunas miradas se concentraron en mí cuando entré al salón y los murmullos se escuchaban.
Mis horas se pasaban entre la universidad y el hospital, Fernando poco (o nada) mostraba mejoría, pero mi esperanza se mantenía intacta. Las noches parecían eternas y no decir de las tardes en que no podía ir a visitarlo sino que tenía que estar en clase. A veces iba al club a ver qué tal estaba el quipo, quien estaba siendo monitoreado por otro entrenador.– ¡Lucero! ¡Qué gusto tenerte por aquí! – Exclamó Valeria cuando me vio cerca al área de piscina. – ¿Cómo va todo?– Bien, - respondí sin más detalles.– ¿Cómo va Fer?– Fernando aún está en el hospital. No puedo contarte mucho, pues no hay mucho que contar.– ¿Es cierto que quién le hizo eso fue el hombre que te quiso comprar para su equipo?– ¡Valeria! – Interrumpió Nikoll.– Porque si eso es cierto, quiere decir que la culpa es tuya. – Mis lágrimas se estaban amontonando, pero no quería que ella me viera llorar. – Porque Fernando no quería que te fueras con ese hombre, ¡claro! Ese señor quería llevarte a como diera lugar.– ¿Ya terminaste de decir estupideces? Porque si es así, ¿me puedo ir?Nikoll la tomó del brazo. – Valeria, por favor, vámonos. Ya se hace tarde.– Dime Lucero, ¿Qué se siente que tu entrenador esté en coma por defenderte?– ¡Se siente horrible! – Grité – ¿Pero sabes qué es peor? Que esa persona a la que tanto amas esté tirada en una camilla, que ese mismo sea tu entrenador y además el padre del hijo que esperas. – Valeria y Nikoll quedaron en silencio, mientras las miraba con ganas de seguir gritando pero mi fuerza emocional no pudo para más, sino para decir en voz baja. – Así que si no tienes nada más que decir, me voy. – caminé unos pasos.– Lucero, espera. – Se acercó Valeria. – Disculpa, no, no sabía que...– Le daré tus saludos a Fer cuando despierte... si es que despierta. – dije sin voltear y seguí mi camino.Llegué al hospital y vi como Samuel corría hacía mí. Eso fue un momento tan maravilloso, miles de cosas se me pasaron por la cabeza en tan solo unos segundos.– ¡Hola Lucero!– Hola Samuel. Estás muy guapo. ¿Cómo has estado?– Quiero ver a mi papá. - Me dijo con la voz triste.– Pronto. Ya verás que dentro de poco podrás entrar.– Pero mi tía me dijo que hoy lo veríamos. – Susana se acercó. – ¿Cierto tía?– El doctor me dijo que iba a ver si se podía.– Gracias por traerlo. – Seguí caminando hasta la recepción.– Lucero, ¿puedo preguntarte algo? – asentí – ¿Lloraste? – Sonreí un poco, todo el camino había llorado y era obvio en mi rostro.– No sé, creo que ya ni lágrimas me quedan.– Eliecer hizo lo mismo conmigo. – Abrí mis ojos como platos. – Tenía que decirlo.– ¿Hacer qué? – Esperé unos segundos. – ¿Susana? ¿Qué te hizo?– Me enamoré cuando tenía no más de 17, Mariana era quien me ayudaba a escapar para poder verme con un chico más arriba de mi escuela. Eliecer lo supo. Lucero, no sé el que pretendía con su hija y conmigo.– ¿Su hija? ¿Acaso tú no eres hija de...? – Samuel escuchaba música en su reproductor.– No, Mi madre se casó con ese hombre estando muy joven, a los años mi madre murió en un accidente y quedamos Mariana y yo al cuidado de Eliecer. Pero como es obvio, él prefería a Mariana, y eso no me lastimaba. Me dolía que al momento de ir creciendo no me viera como hija sino como mujer. Y creo que por eso mandó a matar a Sergio.– Espera, ¿qué? No estoy entendiendo mucho...– Eliecer es un narcotraficante, pero se disfraza como un empresario exitoso dueño de un equipo de natación. Aunque tiene una investigación pero eso no parece tener frutos.– ¿Ese señor me quería matar?– No Lucero, ese señor quiere acabar con Fernando y tú eres un eslabón en esa cadena para llegar a él.– Eliecer escapó. – Dije asustada. – La policía estuvo aquí y me dijo que había escapado y que... ¿puede venir a buscar Fernando?– No lo creo. Ya deben estar detrás de él. Además está muy mal herido.– ¿Cómo lo sabes?– La custodia de su nieto la tengo yo. Él se comunica conmigo Lucero. – No sabía que pensar, mi corazón estaba que salía de mi pecho. – ¡Familiares de Fernando Colunga! – Se escuchó por el altavoz del pasillo - ¡Familiares de Fernando Colunga son solicitados en la unidad de cuidados intensivos! – En ese momento sonó mi celular por una llamada entrante del mismo hospital.– Lucero solicitan familiares de Fernando. ¡Lucero!– Susana ¿dime que Fernando va estar bien?– Vamos a ver que nos dice el médico. Nos están llamando.Llegamos a la habitación la camilla rodeada de médicos y enfermeras, logré ver a Fernando y sus ojos estaban abiertos y a punto de brotar lágrimas, quedé inmóvil.– ¡Papá! – Gritó Samuel corriendo en medio de cada uno de nosotros.
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Bajo El Agua #CWEN2
Romanceme hizo vibrar y mis sueños ya no estaban en mi cama, sino con él, BAJO EL AGUA. Escrita por Yessy :3