Bajo El Agua #CWEN2

Capitulo 12: Nuestro Momento

 Mientras cenábamos, nos comenzamos a hacer preguntas sobre nuestras vidas, por ejemplo En qué semestre iba, qué música me gustaba escuchar, al igual que él me respondía sobre sus gustos musicales y su trabajo.– ¿Quién es Susana en tu vida?

– ¿A qué se debe la pregunta? – Porque me mataba la intriga por eso.

– Porque pienso que entre ustedes...

- Entre Susana y yo hay una linda amistad, creo que ella últimamente la está confundiendo, pero nada más. ¿Tu novio, qué es en tu vida? – ¡Toma Lucero!, me dijo mi cerebro.

– Andrés es una linda experiencia, pero solo eso. No quiero repetir una relación así.

– ¿Te hizo daño?

– No, bueno, es que al parecer para él el significado de novia es más como su acompañante, su trofeo, me sentía sola.

– ¿Por eso terminaste con él?

– Realmente terminé con él porque me sentía confundida, me siento confundida.

– ¿Has pensado regresar con él? – Dijo algo exaltado.

– No Fernando, lo que quiero decir es que me siento confundida desde que apareciste en mi vida. Terminé con Andrés después de... que me besaste. – Se dibujó una hermosa sonrisa en sus labios. Llegaron con la cuenta, Fernando canceló y nos marchamos a su auto.

– Quiero llevarte a un lugar muy especial, un lugar con un significado para mí. – Me imaginé miles de lugares, entre esos su casa, pero no me causaba miedo, por el contrario, me sentía confiada a su lado. Asentí y nos marchamos.

La luna alumbraba el camino de manera espectacular, luego nos desviamos por uno de los caminos, llegamos a un mirador natural con vista a un lago. Me ayudó a bajar y puso sobre mis hombros un saco que traía en su auto. Caminamos tomados de la mano hasta un pequeño barandal de madera.– Es aquí.
– Es hermoso. – Realmente lo era, ver la luna en su esplendor y la tranquilidad del agua era relajante. 

– Esto es asombroso. – Nos sentamos sobre el césped que había disperso en el lugar. Fernando se quedó observando por unos segundos, pensativo.

– Te quise traer hasta aquí porque quiero que aprendas algo que aprendí de niño. – Escuché atenta lo que me decía. 

– Cuando mi padre me trajo aquí, me dijo que nuestra vida es como un lago, por fuera muestra estar tranquilo, como si nada pasara en su interior, pero en lo profundo es donde suceden las mejores historias, pueden existir secretos, ilusiones, sueños, pero sobre todo, amor. Así somos Lucero, así como un lago, por fuera podemos ser unos, pero las historias que llevamos por dentro, nos convierten en otros, pero eso sucede cuando no dejamos que alguien entre y revise que hay debajo del agua. Pero cuando llega esa persona con la que quieres compartir todo, es cuando sientes que esa profundidad quiere salir, mostrarse ante la luna, así como en esta noche.– Esas palabras estaban generando eso que supongo que la gente llamaba mariposas en el estómago.

– ¿Por qué me dices eso a mí? – Me acarició la mejilla, luego me abrazó, apoyándome en su pecho.

– No lo sé, siento la necesidad de contarte mis cosas, que me conozcas mejor, No sé Lucero, es que siento que te quiero. – Sonreí. Él se acercó y me besó, uno de esos tiernos, uno de esos que cierras los ojos por instinto, ese mismo instintos que conlleva el beso a uno más apasionado, uno donde sientes que tus labios arden pero no de dolor.