Capítulo 97 | Ayuda.

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El día del concierto se acercaba, no había tenido ningún contacto con José lo que resto de la semana.

Bueno más bien, con nadie, sólo quería estar sola, sin salir, sin moverme de la cama podría decir que ¿Arruiné mi vida?.

Mandé a volar a las personas que me amaban, que estaban dispuestas a ayudarme. Si claro, fui muy fría con José pero ya no es nada mío, ya no necesito preocuparme por él.

Bueno no todos, sólo faltaba Yayo, él no me había venido a visitar, ni yo a él, nuevamente mi cabeza se empezó a llenarse de ideas.

-____, no pienses en eso, alejaste a la persona más importante de tu vida, no cometas más estupideces ¿Y si debo de hacerlo? Si, necesito hacerlo.- Pensaba, llené la tina del baño antes de entrar, tomé una gran cantidad de pastillas y fumé un último cigarrillo.

-A terminar lo que debí hacer hace mucho.- Tomé una navaja, la paso lentamente por la vena más grande de mi muñeca.

Dejando una gran cortada, la sangre empezó a expandirse en el agua. Unos minutos después todo lo veo borroso, mis ojos comienzan a cerrarse hasta caer el sueño profundo.

En el departamento de Yayo.

Yayo.

Ya arreglado, me dirigí a la puerta y a punto de salir, escucho a la voz de la chaparrita.

-Yayo ¿Qué haces levantado?.- Me pregunta.

-Estaba cansado de estar todo el día en el sillón, necesitaba moverme.- Estiré todo mi cuerpo.

-Gordito ¿A dónde vas?.- Me pregunta.
-Iré a ver a ____, no la he visto en semanas, espero que esté su casa, si no iré con Pepe lo más seguro es que esté con él.

-Bueno me la saludas, cuídate mucho gordito.- Me despedí de ells y me dirigí a casa de____, toqué varias veces pero no respondía, tomé mi llave que me había dado y entre.

-_____, soy yo gallo.-Grité en todo el departamento, no estuve respuesta.

Fui a su cuarto, no había nadie, ví la puerta de su baño abierta, cuando más se iba acercando estaba todo estaba desordenado, me desearía borrar la imagen que estaba frente mí.

-¡_____!.- Grité su nombre, la tina estaba completamente llena de sangre, volvía a la pesadilla, esa tan indeseable pesadilla.

Desesperado, metí mis manos, sacándola de la tina, la dejó en la cama y buscó un teléfono desesperadamente.

Estaba inconsciente, mi rostro se lleno de lágrimas de desesperación y de temor.

-¿A quién llamo? ¿Pepe? No, él no debe de saber esto ¡Puta madre, puta madree!.- En un intento de desesperación, tomé a ____  y la llevó al sillón.

Volví a la habitación con una caja de primeros auxilios, saco una venda y otras cosas.

-Te pondré una venda ¿Si? Así dejarás de sangrar y podré llevarte al hospital, por favor resiste ___.- Dije.

Me apresuré en ponerle la venda, la tomo entre mis brazos, la subí al auto, en el camino al hospital le suplicaba la misma frase una y otra vez.

-Resiste, estarás bien.- Sus ojos se cerraron por lo quedó de esa noche.  

Espero que te haya gustado este capitulo dale favorito y cometan! el final ya esta cerca.

Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora