Capítulo 14 | Que Empiece El Desvergue.

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Sonó el timbre, fuí a mi casillero y tomé unos cuantos libros mientras dejaba otros.

Camila estaba parada como un fantasma, me asusté mucho que tiré los libros que tenía en mis manos, me ayuda a juntarlos.

-Escuché que saliste con Yayo, anoche.- Ella lo dice como si nada.

- Si, salí con el y sus amigos a un bar fue interesante...hubieras ido.

- ¿No te dijo algo anoche?. - Preguntó.

- Iba a decirme algo...pero uno de sus amigos le tiró cerveza en la cara y me tuve que ir, trató de besarme.- Mierda, no hubiera dicho la última parte.

-¿QUÉ?.- Dijo impactada.

-Si, pero no fue nada especial, tampoco te asustes.

- ¿No has pensado que le gustas a Yayo?.- Pregunta, claro que no le gusto a Yayo. El ésta enamorado de Camila, esperen....si a Yayo le gusta Camila ¿Porqué me besó?.

- No Camila, aunque deseas verme con el,  Yayo y yo estamos bien así.

-Yo sólo digo que lo piense, tal vez serían una bonita pareja.

- Así estamos bien Camila, lo siento pero tengo clases.

Pepe.

Lo de anoche estuvo cerca...verga, aunque Yayo se emputó le hice un gran favor.

Regresé de pasear a Layla entré al departamento, cuando vi a Strecci y Ryan en la mesa.

-Wey, ¡100 pesos, cabrón! te digo.-Dijo Strecci.

- 200 pesos y un six de cervezas, ésta si vale la pena.- Dijo Ryan.

- ¿Qué están apostando?.- Pregunté.

-Quien logra cogerse a _____. - Suelta Ryan, oh mierda.

- Wey no mames, es la morra de Yayo, no debemos.- Dijo sabiamente Luisito.

- Ni siquiera aún es Luis, aún cuenta la morra.- Dice Strecci.

- Strecci no podrías coger con ella, tu vas al pinche cementerio y te coges con esqueletos.- Dije.

- POR DIOS PEPE, yo cojo más que tú, dime la última vez que cogiste y que no fuera con pedazo de carne del refrigerador.

-¿Y? Ryan tiene que tomar pastillas para que se le pare la verga, eso es más jodido.- Dije.

-Ya Wey, callanse y hagan su apuesta.- Dice Ryan.

—Ni madres le entró.—Dice Jux y Luisito.

- ¿Entonces le entras?.- Me dijo Strecci, no podría apostar por cogerme a ____. Yayo me pegaría una verguiza...si se entera pero necesito ganársela.

-Verga, si.- Todos llegamos a un acuerdo.

(…)

La parada, nadie más que yo sabía que ella tomaba el autobús a esa hora, salí del departamento directo a la parada.

Cuando la vi ella estaba acostada en el tubo casi dormida, fui corriendo hacia ella casi gritando.

-Hola, _____.—Grité.

-¿Otra vez con la rutina?.- Ella ríe.

-Algo así ¿Quieres que te acompañe a casa?.- Pregunté, ella mostró una mueca no agradable.

-Esta bien, vamos.- Nos fuimos caminando hacia su casa, llegamos a su departamento.

Ella se despide de beso y cierra la puerta, me fui alejando de su puerta...cuando escuché desde el fondo "¿Te gustaría pasar un rato?" me acerqué nuevamente a la puerta y entré ¡QUÉ EMPIECE LA APUESTA!.

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Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora