Capítulo 36 | Junto A Mí.

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Desperté de golpe, no sentía la parte baja de mi cuerpo. Sentía bastante dolor estaba sudada, lo primero que noté fueron los aparatos que estaban conectados a mi, a lado mío estaba una enfermera que actuó rápidamente.

-Tranquila señorita todo esta bien, está en el hospital, salió herida en un asalto y sufrió gran herida pero ya estable.-Dijo la enfermera.

-¿Quién me trajo aquí?.- Pregunté desesperadamente

-Un joven si quieres le llamo para decirle que ya está despierta.-La enfermera salió de la habitación sin nada que decirme, se abre la puerta nuevamente.

-¡José!.- Su ropa estaba casi destruida, tenía varias cortadas, moretones en sus brazos y su rostro lleno de sangre pero se lleno de felicidad al verme.

-¡____! ¡Me alegro que estés bien! me sentía terrible, pensé que morirías.- José se escuchaba como si estuviera a punto de llorar, podía sentir su miedo, su angustia y temor.

-¿Me salvaste?.-Pregunté, él asentó pero agachó su cabeza.

-Perdón, por lo que viste en el bar no quise hacerte eso no hubieras salido de esa manera y no te hubieran asaltado.

-Olvidalo, salvaste mi vida y arriesgaste la tuya ¿No te hicieron nada grave?.- Él me negó.

-No, sólo este moreton pero estaré bien.- José tomó mi mano suavemente, inclinó su cabeza para darme un beso.

-¡_____!.-Se escuchó la puerta era Yayo y Camila, Yayo salió casi corriendo a abrazarme.

-¿Qué pasó?.- Me preguntó.

-Me atacaron cuando salí del bull pero José logró salvarme, hubiera muerto si no me hubiera rescatado.- Todos mirabamos a José.

-Dios Pepe, te ves terrible.- Dice Camila.

-Estoy bien, me curaré pronto, lo importante es que _____ está bien y salvo.

-¿Sabes cuánto vas estar en el hospital?.-Le pregunta Yayo.

-No lo se, tendría que hablar con el doctor yo creo mañana, no está grave.

-Bueno estaré aquí para lo que sea igual que Camila.— Yayo toma mi mano.

-Gracias Yayo.

Pasó la tarde, José se quedó todo el día junto a mí a pesar de que se reusa, lo curaron y le dieron medicamentos, se quedó tirado en el piso de la habitación.

-Disculpe señor, pero la hora de visitas acabó.- Dice la enfermera.

- Me quedaré a dormir con ella, no se preocupe.- la enfermera no dice nada sólo se va.

-¿No vas a ir al departamento?.-Pregunté.

-No, me quedaré contigo aquí te haré compañía.

-Tienes que descansar un poco, yo estaré bien aquí, me cuidan, puedes venir mañana por mañana.- José se volvió a negar.

-No, aquí me quedó.— insiste.

-Bueno dormirás junto a mi.— Dije.

-¿Qué? No puedo ____, me van a regañar, es la cama para el paciente, no puedo dormir en ella.

-Si te vas a quedar esa es mi regla, no seas ridículo, si eres todo un problemas.- Dije riendo, le hice un pequeño espacio, José se acomoda pero no se siente cómodo.

-¿Te importa si te abrazo? Mis brazos no caben.- Yo asentí, José pone sus brazos sobre mi cadera, se acerca y le da un pequeño beso.

-Tampoco te pases, Salazar.-Dije, José se aleja de mí, pero me voltee enfrente a él y le di un beso en sus labios.

-Buenas noches.-Decimos ambos y José me vuelve abrazar.

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Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora