Capítulo 12 | Sorpresa.

1.2K 78 3
                                    

Lunes.

Volví a mi rutina, entré de la terraza para terminar de alistarme, tomé mis llaves y salí del departamento.

A las 5 a.m ya estaba esperando el camión con mis audífonos puestos, percibir el humo del cigarrillo que venía hacia mí de forma brusca. 

—¿Ya empezaste tu rutina tan temprano?.- Dije molesta, Pepe siguió fumando su cigarrillo de manera molesta.

—Que mejor manera de empezar el día con un delicioso cigarrillo.— Volvió hacer el mismo acto de expulsar una bola de humo esparciéndola por mi cara.

—¡Deja de tirarme el humo en mi cara es muy molesto! ¿Quieres?.— Volvió hacerlo con una sonrisa en su maldita cara.

Las 2 únicas cosas que pasaban por mi cabeza eran: ¿Cuándo podré romperle la cara? ¿Dónde está el maldito camión?.

—¡Verga! Tranquilízate, preciosa.— Tiró el cigarrillo al suelo, ¡Dios! va a llegar un momento en que tendré que golpearlo.

—No me digas preciosa, Pepe.— Crucé mis brazos, el se inclinó para ponerse de mi tamaño.

—No te enojes preciosa, ¿porque no nos vamos de aquí nos tomamos varias cervezas y nos damos unos cuantos besos?.— Me tomó de la cintura mientras me lanzaba una mirada picarona.

Hice lo mismo con el  mientras se inclinaba más para darme un beso, preparo mis labios y a punto de besarnos...le tiro un rodillazo en la entrepierna, me acerco a su oído lentamente.

—No me digas "preciosa".— Llegó por fin el camión, Pepe aún sostenía sus manos en su entrepierna cuando subí.

Llegó la hora de descanso, me senté junto a Camila, alguien coloca sus manos sobre mis ojos y me da un beso en la mejilla.

—Hola Yayo.— Dijimos las 2 al mismo tiempo, Yayo saludó y se sentó junto a mi.

—¿Estás ocupada?.— Preguntó directamente a mí.

—¿Qué necesitas?.— Pregunté.

—¿Puedes ir a mi casa?.

—Tengo clases, Yayo.— Hice una mueca.

—No te preocupes, yo diré que te sentiste mal.— Dijo Camila.

—Vete adelantando, ahorita yo te sigo.- Tomé mis cosas y me dirigí al auto mientras Yayo se quedó con Camila.

—¿Hoy, le dirás?.— Yayo afirmó con la cabeza muy felíz.

—Deséame suerte.— Yayo se despidió de Camila subió al carro junto a mí.

—¿De qué hablaron?.— Pregunté.

—Nada, es que ella me gusta...algo.

—¿Es neta, Yayo? deberías decírselo, yo te ayudo.— Soné muy emocionada, no se porque pero me alegra que mis 2 mejores amigos se gusten serían una gran pareja.

—Claro pero cuando lleguemos al departamento, tengo.que decirte algo.— Llegamos al departamento y para la sorpresa de Yayo, Pepe estaba sentado en el sillón con una bolsa de hielo.

—Wey, ¿Qué haces aquí?.— Sonando molesto.

—¿No me ves con una pendeja bolsa de hielo? Me rompieron las putas bolas.— Mirándome fijamente.

—"Si no estoy contigo sufró,es como estar bajo un conjuro,está noche mami te lo juro,quiero darte duro contra el muro".— Se escucha al fondo de la habitación.

—Es Luisito, está grabando un nuevo vídeo.— Dijo Pepe.

—¿Qué querías decirme, Yayo?.—Pregunté.

—Bueno yo...este....que al fin pude encontrar la comida favorita de bruno.— Yayo sacó una gran bolsa de comida para perro.

—¡Qué bueno! lo siento pero no puedo quedarme más tiempo, me tengo que ir.— Tomé mis cosas y me despedí de Yayo me acerqué a la puerta.

—Espero que no te haya dejado sin descendencia, José.— Cerré la puerta del departamento 

—¡Puta madre!.— gritó Yayo pateando a bolsa de croquetas.

¡Por Favor comenten sería de muchísima ayuda para seguir con esta novela, no olviden darle favorito y seguirme! ¡Besos! 😈💞

Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora