Capítulo 1 | Ciudad de México​.

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Eran 4:30 de la mañana cuando sonó la alarma. Me quité las sabanas, fui al baño a abrí la llave de la regadera dejando que corriera el agua.

Cuando salí, cubrí mi cuerpo con la toalla. Elegí mi ropa y fui a la cocina tomé un tazón con un poco de cereal, terminé de alistarme. Salí a la terraza del departamento, prendí un cigarrillo como cada mañana lo hacía observaba la ciudad. Mi alarma volvió a sonar, tomé mi bolso y cerré el departamento con seguro, caminé hasta tomar un autobús.

Bajé en la ruta 8 a unas cuadras de la universidad después de unas cuántas clases, tomé mi primer descanso. Había una banca donde me senté con un café y encendí mi computadora tratando de terminar mi proyecto.

Cuando un chico extremadamente delgado de cabello oscuro al igual que sus ojos cierra mi computadora de un golpe y le da un sorbo a mi café, lo cual me disgustó.

-Hola, Yayo.- Bufé molesta, Yayo y yo conocimos porque íbamos en la misma carrera, sólo que él la abandonó y se dedicó hacer vídeos y a la música. Prendió un cigarrillo delante de mi, me ofreció uno lo cual acepté.

-¿Terminaste?.- Preguntó.

-Sólo me queda poco...¿Harás algo esta noche?.- Él sonríe mientras expulsaba el humo del cigarrillo de su boca.

-No, quiero quedarme jugando videojuegos ¿Tienes algo planeado?.- Cerré la computadora y me senté en la mesa como él.

-No tengo nada en especial ¿Quieres que te acompañe?.- El me mira y me responde positivamente con la cabeza, se levanta de la mesa y termina su cigarrillo.

-A las 7, en el departamento ¿Está bien?.- Se despide de beso, eran las 12 en punto sólo faltaban 3 clases y tenía la tarde libre.

(...)

Salí de la universidad, llegué a la parada y me senté. Esperé a que llegará el autobús, a lado mío estaba un chico MUY pero MUY alto con cabello oscuro, ojos oscuros con una buena barba del mismo color.

Se dispuso a sentarse a lado mío, en su rostro reflejaba cansancio...creo que debió tener un día malo. El chico enciende un cigarrillo empieza a fumarlo de una manera molesta, pareciendo que lo hacía a propósito.

-¿Es necesario que fumes...de esa manera?.- Vociferé, El chico frunce sus gruesas cejas y me mira molesto.

-¿Qué? ¿Te molesta que fume?.- El chico expulsa una gran bola de humo por la boca, esparciéndolo por mi cara.

-No, pero es molesto que hagas de esa manera y me lo tires en la cara.- El chico me volteó los ojos y sonrió.

-Preciosa, yo fumo como se me dé la puta gana, así que ¿Porqué no te vas a otra parada? sí tanto te molesta.- Volvió hacer la maldita bola de humo sobre mi cara.

Había llegado mi camión, me levanté, el chico me miraba esperando una respuesta, me tomé del barandal y voltee a verlo.

-A mi no me digas preciosa, pelado.- El degenerado me guiño un ojo, expulsando el humo del cigarro.

Me senté en una de las primeras ventanas y pude ver que el chico aún seguía mirándome, le paré el dedo y me voltee, tomé mis audífonos y le subí el volumen. Sólo quería estar en casa de Yayo en este momento.

¡Espero que les haya gustado mucho este primer capítulo, chulas!.

Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora