Capítulo 35 | Te protegeré.

770 52 1
                                    


Llegó el maldito lunes y comienzo de nuevo la rutina. Comienza enfriar en las mañanas así que me pongo una chaqueta antes de salir.

Me siento en la parada de camión nuevamente en estos momentos deseo estar en Nueva York como lo estaba la semana pasada, la vida era bastante diferente como la de aquí. Claro, ambas son ciudades demandadas, llegué a la uni y pasaron las primeras clases; entregué todos mis proyectos en la hora del almuerzo me quede dormida en la mesa.

Cuando llegó la hora de irme, fuí a la parada pero esta vez no estaba José. Llegué al departamento tirando todas mis cosas al piso, me metí a bañar y me arreglé para salir.

Camila pasó por mí y fuimos al bulldog café, invitó a varios amigos de ella y bebíamos trago atrás trago y bailamos hasta cansarnos. Me senté un rato mientras volvía a beber más.

-Vamos ____, baila conmigo.- Dice camila emocionada.

-Está bien.- Camila y yo somos unas pendejadas cuando tomamos alcohol, mientras estábamos bailando sentí que Camila me jala del hombro.

-Wey, ¿Ese no es el amigo de Yayo, José?.-Dice Camila.

-No creo.— Le dije mareada.

-¡Si wey! Ahí esta con sus amigos.- Efectivamente estaba con los chicos, bueno no estaba Yayo, solo strecci con unas lindas chicas.

Me quise acerca más para saludarlos en especial a José. Noté que estaba con una chica seduciéndolo, casi corría pero se inclino a besarla.

Sentí que mi corazón paró en una especie de infarto, parecía que el tiempo se paraba para poderlos observar. Sentía una gran tristeza, una gran traición, recordando cada momento y cada palabra que dijo José...al final, mi teoría era una mentira. Una lágrima quería salir de mí, noté que José miró de reojo.

-¿_____?.-  José preguntó impactado, salí caminando entre la gente mientras él gritaba mi nombre.

-¡_____! ¡Espera! ¡Puedo explicarte!.

Salí de bulldog café, aún podía escuchar la voz de José. Me metí a una pequeña calle solitaria, al paso aparecieron 2 tipos extraños. Me acorralaron tratando de agarrarme y hacerme daño.

-Una preciosidad como tu no debe de entrar por estos lados.

-Lo siento, pero me equivoqué de camino tomaré el otro.- Dije, me hice la pendeja, estaba nerviosa.

-Coopera un poco preciosa, no hagas que lo hagamos a la mala.— Dijo el otro tipo, traté de correr pero me toman del brazo comencé a gritar.

-¡Hey, qué haces pendejo! ¡Aléjense de mí! ¡No me toquen! ¡No se atrevan a tocarme! ¡Ayuda! ¡Por favor ayuda!.- Gritaba desesperadamente mientras me trataban de lastimarme.

-¡Suéltenla hijos de puta!.- Gritó alguien mientras se acercaba, el chico golpeó al quien me sostenía haciendo molestar al otro.

-¡Ya te cargo la verga, hijo de la chingada!.- Comenzaron a darse golpes.

-¡No te metas con ella, pendejo!.- Dijo el chico, empujando a quien lo atacó saca un especie de navaja, no podía dejar que le hicieran daño traté de ir hacia él.

-¡Corre, ____!.-Gritó el chico.

Corrí hacía donde estaba la salida, cuando creí que había acabado, sentí como la navaja salía de mi cuerpo y caía al suelo dejando mi sangre derramar.

Espero que te haya gustado no olvides darle favorito y comentar si quieres que suba mas capítulos! besos!

Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora