Capítulo 37 | Gracias.

755 51 1
                                    

-Buenos días, ____.-Abro los ojos, enfrente de mí estaba Yayo parado.

-Buenos días ¿A qué hora llegaste?.- Pregunté.

-Hace como una hora, por cierto te traje un poco de comida.- Yayo toma una bolsa del sillón, saca la comida y unas flores, me las entrega.

-Ten, esto te animará.— sonríe.

-Gracias Yayo, son bellas.- Se abre la puerta y José también con una bolsa.

-Llegaste justo a desayunar, Yayo trago comida.- Dije emocionada.

-Si de hecho, yo también no sabía que Yayo vendría.- Dijo José.

-¿Qué traes en la espalda?.- Dice Yayo.

-Nada.- José trató de esconder detrás de él, un ramo de flores.

-Entonces, ven a desayunar.-Yayo sirvió los platos y la comida, José las bebidas y cada uno se sentó a un lado mío.

-Ayer en la noche me quedye hablando con Camila y pensábamos en que te diéramos raite mientras te recuperas.-Dijo Yayo mientras comíamos.

-Estoy bien, puedo tomar el autobús y ir a cualquier parte.

- Yo también me apunto Yayo, podría llevarla después de la universidad y tu o camila recogerla.- Dice José.

- José no necesito que me cuiden, Yayo aprecio mucho lo que quieres hacer pero gracias estoy bien así.

-¿Cómo chingados crees que voy a estar bien si te vuelen hacer daño? Al menos Pepe estuvo ahí para salvarte, lo siento no es una decisión. Bueno iré a chechar unas cosas vendré más tarde. - Yayo se levantó, toma sus cosas y se va.

-Creo que deberías pensarlo, sólo será por poco tiempo y evitas el gastar tanto en el autobús.— Dice José.

-Yayo es terco, claro que lo conseguirá.

-Lo sé, eso no lo puedo evitar pero hoy salgo del hospital estaré más tranquila en el departamento.- Dije.

-Iré a preguntarle a la enfermera si ya te puedo llevar.- Dice José mostrando una enorme sonrisa.

-José, gracias por cuidarme.- Dije dedicándole una sonrisa.

-De nada, hermosa.- Guiña un ojo, me dejaron ir a casa, cuando llegué me negué a estar acostada.

-____, debes de sentarse, necesitas descansar.— Me dice José.

-No, ahora es tu turno de consentirte.- José traía la misma ropa cuando me asaltaron, estaba sucio y herido. Le pedí que se diera un baño, regresó con una toalla alrededor de su cintura, tomé el botín y le curé las heridas.

-Gracias por curarme.— Dice.

- Me hiciste un favor, yo hice lo mismo. — Guardando las cosas en el botiquín, fuí a mi armario y tomé una caja llena de polvo.

-¿Qué haces?.- Dice José.

-Buscando algo de ropa para ti.

-No necesito, estoy cómodo así.— Luciendo la toalla alrededor de el.

-Preferiría verte con ropa.

-Pero si ya me has visto sin ropa.-Dijo picaramente tratando de abrazarme.

-¡No aléjate José! No quiero sentir tu...hombría.- Saco de la caja, una camisa y un pantalón.

-Qué ridícula eres...¿De dónde te robaste esto?.

- Era de Yayo, grabo aquí una vez y nunca se la llevó así.- José se colocó la ropa, cuando salió me dió un fuerte abrazo cubriendo todo mi cuerpo con sus brazos diciendo en voz baja.

-Gracias.

Espero que les haya gustado el capítulo no olviden apoyarme con un favorito y comentar.

Contra Fuego | José Salazar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora