11.

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Miguel se deja caer en el asiento del restaurante. Alfie lo observa con una tierna sonrisa y llama al camarero con un gesto, el empleado se acerca con una mueca en su rostro y aquel gesto hace que un sin fin de emociones recorran el cuerpo del pelinegro. Suelta la mano de su novio, y la coloca en su regazo esquivando la mirada del rubio y del camarero.

—¿Pasa algo?—Alfie pregunta inquieto. Él también se había puesto incómodo ante la mirada del mesero, pero estaba acostumbrado a ello.

—N-No.. Sólo necesito tomar aire—Miguel se levanta sin esperar una respuesta y sale del restaurante de comida rápida a pasos apresurados.

Alfie es un chico fantástico. Lo conocí tres semanas luego de aquella noche con Ruben. El pelinegro nunca supo de su existencia hasta que un día fue a la casa de su mejor amigo, Alejandro, y allí se encontraba Frank, amigo de este, y Alfie. No hubo una conexión automática, pero si hubieron miradas y sonrisas de parte de los dos. Alfie es como el azúcar, muy meloso para el pelinegro pero a él le gusta que lo mimen así que su novio es el mejor en todos sus sentidos.

Miguel no le ha contado nada sobre Ruben y tampoco piensa hacerlo. Probablemente lo tome por cobarde o idiota al no pedirle a alguien que lo ayude. Pero seamos sinceros, nadie puede contra Ruben.

Hablando del ojiverde no ha sabido nada de él desde un par de días. Sólo supo que Alex y él tuvieron una pequeña discusión pero nada en particular. Y está aliviado de poder sentirse a salvo en cualquier lugar, antes cada vez que salía podía ver a sus amigos observándolo o hasta el mismo Ruben siguiendo sus pasos. Era aterrador.

—Justo a quién quería ver—Miguel deja de observar los autos que pasaban, y se incomoda al escuchar la voz de Ruben.

No había miedo.

Mira a su derecha encontrándose con aquellos ojos verdes y una sonrisa burlona en su rostro. Ruben se acerca unos pasos colocándose junto al ojinegro, saca de su bolsillo una cajetilla de cigarros, toma uno entre sus dedos y se lo coloca en la boca.

—¿Deseas uno?—pregunta extendiéndole uno al pelinegro.

Miguel niega.

—Bien..—prende el cigarrillo, y expulsa el humo lentamente—¿Cómo estás?—pregunta despreocupado.

No puede creerlo. ¿En verdad está actuando como si todo hubiera sido un simple chiste? Hace un par de semanas lo acosaba como si estuvieran en una película de acción y ahora está a su lado fumando y preguntándole cómo está.

—Miguel—el nombrado mira el suelo. No era capaz de mirarlo a los ojos, se sentía pequeño y diminuto junto a él—Vayamos a mi casa—dice.

—No iré a ningún lugar contigo—responde secamente.

Ruben ríe.

—No te lo estoy preguntado—bota el cigarrillo y en un rápido movimiento toma la muñeca del menor con fuerza. Miguel suelta un quejido, un señor que transita por su lado observa la escena un poco preocupado.

—¿Pasa algo muchachos?—Ruben da una sonrisa gentil.

—No, sólo estamos charlando—apega al ojinegro junto a él. Tuerce su brazo tras su espalda y agrega—¿No es cierto, Miguel?—el nombrado asiente con dolor.

El hombre mayor les da una sonrisa y sigue su camino.

—Ni se te ocurra escaparte, ahora camina de frente—Miguel quiere gritar el nombre de Alfie para que venga a rescatarlo, pero si Ruben se entera de que está en una cita ahora no tardaría en matar al rubio.

Alfie se encuentra dándole la espalda al gran vidrio que muestra toda la escena. Había pedido dos hamburguesas y dos bebidas. Quería pararse e ir a conversar con Miguel, pero sabía que debía darle su espacio. Pero la curiosidad lo carcome por dentro, y puede escuchar las manijas del reloj haciendo eco en sus oídos.

Así que se levanta y al darse la vuelta puede observar a su novio forcejeando con un tipo del cual no conocía. Corre hacia la entrada de cristal y abre esta. Ruben no se da cuenta de que el rubio está por darle una golpiza, sus ojos están tan concentrados en tratar de tomar a Miguel y llevárselo a casa, que no es capaz de mirar a su alrededor.

—¿Qué demonios haces con mi novio?—el pelinegro cierra los ojos al escuchar la voz de Alfie.

Ruben levanta la mirada y se encuentra con unos ojos azules oscuros. Y sonríe.

—¿Novio? ¿Mi novio y tú son novios?—Ruben actúa como si él y Miguel siguieran estando juntos.

Alfie frunce el ceño.

—¿Qué?—pregunta desconcertado.

—Como lo escuchaste, Miguel y yo estamos juntos más de seis meses. Estoy aquí porque me dijo que se iba a ir al cine a ver una película con una par de amigos, y lo encuentra fuera de este restaurante así que sólo estoy pidiendo respuesta—el pelinegro está entre lágrimas. No podía creer que todo esto en verdad estaba pasando, y sólo ruega que sea uno de sus estúpidos sueños otra vez.

—¡¿Qué demonios, Miguel?!—Alfie exclama triste y destrozado.

—N-No lo escuches Alfie, é-él..—la fuerza en su muñeca aumenta y chilla de dolor.

La escena era como sacada de una película, pero en vez de que el villano—Ruben—sea golpeado por raptar al protagonista de la historia—Miguel—, el final es mucho peor. Alfie decide dejar todo en las manos de Ruben y decide marcharse sin poder escuchar las palabras del ojinegro.

Pero era verdad. Nadie puede contra Ruben



[Lamento la demora. He subido un one-shot llamado "Silence"] 

Hickeys|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora