18.

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— ¿Estás demente o qué? He llamado a la puta policía para que detengan a ese maldito, ¡y quieres ir a verlo! Joder tío, si hubiera sido así desde el primer momento, mejor me hubieras dicho que los encierre ambos porque es obvio que sigues sintiendo algo por ese imbéci...

— ¡Qué te calles!—Miguel exclama molesto, y puede escuchar el jadeo de expresión de Alejandro a través de la línea.—Qué ha venido un chico y me ha dicho un par de cosas sobre él y Alfie, y necesito hablar con Ruben para saber si es verdad o no.—explica frustrado. Odiaba que su mejor amigo se saltara las explicaciones sin saber qué era lo que pasaba.

— ¿Y por qué no le preguntas a Alfie?

—Porque, pues.. porque quiero escuchar a Ruben.

— ¡Lo ves! ¡Joder, sabía que te seguía gustando! Es que es más que obvio, él encerrado tras las putas rejas y tú allí en la camilla, con un dolor de cabeza insoportable y era hora que Miguel se sintiese triste porque su jodido novio está sólo en una celda con varios policías y de paso que Alfie quiere agarrarlo a puñetazos que..

— ¿Qué Alfie qué?

—Escucha, no debo preocuparte ni nada de eso, pero casi detienen a Alfie porque pidió ver a Ruben y a los segundos lo comenzó a golpear.

—Entonces, ¿me estás diciendo que Alfie golpeó a Ruben?

— ¡Qué si, coño!

—Hablamos, Alex.

—¿Qué.. p-pero, tío...

Miguel lleva una mano su rostro y comienza a sobarse con preocupación, ¿por qué Alfie golpeó a Ruben, si se supone que son 'aliados'? Genial, le había creído a un chico que ni siquiera había visto en su vida y además, quería ir a hablar con Ruben y preguntarle si era verdad o no. ¡Qué es obvio! Ruben mandó al chico, para que Miguel vaya a verlo.

Deja el móvil sobre su regazo, y comienza a observar los alrededores de la habitación. Bien, debía pensar en algo, ¿quizá hablar con Alfie y preguntarle sobre Jason? No, probablemente lo negaría y nunca sabía si está diciendo la verdad. ¿Y si le dice que venga? Probablemente esté más enfocado en romperle la cara a Ruben que a él, pero valdrá la pena intentarlo.

Vuelve a tomar el móvil, y busca el número de Alfie; no tarda en encontrarlo y lo marca con rapidez.

— ¡Qué me dejes, hombre! Sí, sí es Miguel. —la voz de Alfie se escucha agitada, y luego de unos segundos el bullicio se calma. — ¿Mangel, sigues allí?—pregunta.

—Sí, uhm.. Alfie, ¿puedes venir?

— ¿Te sientes mal o algo?

—Si me sintiera mal ya le hubiera hecho saber a la enfermera, ¿no crees capullo?—la risa de Alfie le saca una sonrisa a Miguel, y por ende ambos terminan riéndose.

—En parte tienes razón, ¿y por qué me quieres allá?—pregunta a través de la línea, y el bullicio vuelve a escucharse.

—Necesito preguntarte un par de cosas, ya sabes, sólo cosas.

—Bueno, pregúntamelas por aquí.

—Alfie, escucha, estas cosas no las puedo decir por el móvil, son cosas.. importantes. —explica apresurado.

—Está bien, entiendo. —suspira, y se acerca un poco más al móvil.—Estaré allá en media hora, ¿contento?

—Algo.

—Bien.

—Adiós.

—Te quiero.

Y la línea se cortó.

Miguel suspira quitándose un peso de encima, pero luego se cuestiona. ¿Alfie y él han vuelto a ser enamorados? Es que, si no le pides a él o viceversa no son nada, pero siente que en la forma que dijo la última frase antes de colgar, probablemente estén yendo por buen camino.

Pero, ¿y qué pasa si Jason está diciendo la verdad? Lo más probable es que elimine a Alfie de su vida, y se quede soltero con siete gatos. Aunque, nunca nadie sabe.

¡Es que es tan confuso!

— ¿Necesitas algo, Miguel?—la enfermera saca la cabeza por la puerta y aquello hace saltar al pelinegro casi inmediatamente, llevándose una mano al pecho niega con la cabeza.—Lamento haberte asustado, tengo esta manía de abrir las puertas sin tocar. Lo siento.

—No te preocupes, pero.. vaya susto, ¿eh?—sonríe.

—Bueno, parece que te van a dar de alta y el doctor vendrá para recetarte algunas pastillas. Tu madre está afuera, ¿quieres que pase?—Miguel alza los hombros.

No es que su madre sea la mejor, y que haya estado con él en todo, pero le daba igual que pasase o no, al fin y al cabo va a desaparecer... como siempre. La enfermera lo sigue observando, esperando de seguro una respuesta concreta. Miguel vuelve a alzar los hombros, y la muchacha suspira.

—Escucha, es tu madre y quieras o no la tendré que dejar pasar, ¿estás bien con aquello?—pregunta amablemente.

—Está bien.

Rendido observa la puerta abrirse y a su madre pasar con timidez. Traía puesto el típico traje gris y esos tacones que no se cansaban de sonar cuando tocaban el piso, el fólder de manila y esa estúpida maleta de mano que odiaba ver. Su cabello castaño ya no era largo, ahora lo tenía cortado a la mitad del cuello y su piel estaba pálida, muy pálida.

Al principio se preocupó, y luego pensó. Mi madre sólo ha venido porque los padres de Alejandro le avisaron, de seguro está molesta porque interrumpí una de sus sesiones en Ucrania.

Típico.

—Miguel, hijo.. ¿Cómo estás? No te he visto desde semanas, y me preguntaba sí..

—Ahórratelo, mamá. —dice Miguel molesto. Su madre se sorprende por el comentario, y a punto de hablar su hijo lo interrumpe.—Siempre es lo mismo, regresas, me saludas, me preguntas como van las cosas y te devuelves a quién sabe dónde.

—Miguel, no así no son las cosas.

— ¡Claro que lo son, mamá! Ucrania te ha asentado perfectamente bien, que parece que te distrajo de puta madre porque..

— ¡Lisuras no Miguel!

— ¡Porque prometiste llamarme, como todos tus estúpidos viajes anteriores, y no me has vuelto a llamar desde que te fuiste a Suiza!

—¡Migue..

— ¿Y sabes hace cuando te fuiste a Suiza?—Miguel pregunta molesto, y el móvil que se encuentra en su mano está siendo apretada por esta con fuerza.—¡Hace dos puñeteros años! ¡Dos, mamá! ¿Acaso tiene otra familia, eh? ¿Acaso tienes un amante y no me has dicho?

— ¡Bájale la voz a tu madre, ahora mismo! ¡Yo no tengo ningún amante, y ninguna familia!—su progenitora exclama molesta, y le lanza el fólder de manila sobre su regazo con furia. — ¿Ves eso? Es la carta que el policía me dijo que te diera, si quieres léelo, pero trata sobre la condena de Ruben. Un año y dos meses.

— ¿C-Cómo lo conseguiste? El juicio iba a ser dentro de dos meses, mamá.

—Digamos que la idiota de tu madre, la cual es gerente principal en una de las estaciones de Ucrania, ha hecho magia para que encierren a tu patético novio.

Miguel sonrío, y se sintió mal al saber que le dijo todas esas cosas a su madre. Pero luego, sintió una electricidad en el cuerpo y el miedo volvió. ¿En verdad encerraría a Ruben por un año y dos meses? ¿En verdad se lo merecía?

La puerta suena, y entra Alfie. Su madre y este se observan, Alfie le sonríe y con cuidado camina hacia Miguel.

—¿Para qué me querías?—pregunta el ruloso algo incómodo por la mirada de la señora.

Bien, si iba a firmar el documento debía saber primero la verdad, y eso significaba que debía hacerle la gran pregunta a Alfie.


Hickeys|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora