Hickeys|| Rubelangel

5.

Miguel no ha querido hablar con Ruben desde el 'incidente' en los baños. Ha tratado de juntarse con Alejandro y uno de sus amigos, Mattius, el cual es alto de cabello marrón y ojos extremadamente azules que podrías perderte en ellos. A Miguel le parecía guapo, había cancelado tantas citas con Ruben que su existencia estaba bloqueada de su mundo.

—¡Miguel, hey!—el ojiverde corría chocando con algunas personas, pero él estaba tan concentrado admirando los bellos ojos azules que no escuchó los gritos de su posesivo-novio.

Mattius rodeo la cintura del pelinegro, y este enrolló sus brazos en el cuello contrario. Los alumnos que caminaban por los pasillos trataban de decirle al ojinegro que se separara, pero él estaba tan concentrado admirando las bellas facciones de Mattius.

Ruben para en seco al ver la escena, su corazón comienza a bombear más sangre, llena de furia y celos, a su cuerpo. No podía creer lo que estaba frente a sus narices, el chico que juró a mor por él estaba a punto de besarse con un desconocido.

—Entonces por eso te alejabas de mí, ¿no?—Miguel se separa de golpe y observa al castaño, el cual yacía de brazos cruzados y también, podías ver el enojo en sus ojos.

—R-Ruben.. ¿q-qué haces aquí?—murmura mientras desliza sus brazos lejos del cuerpo de Mattius.

—Voy a la escuela igual que tú, capullo.—los alumnos forman un círculo alrededor de los tres.

El ojiazul le lanza una mirada de odio a Ruben, el cual no se inmuta y sólo ríe causando que Miguel tuviera miedo.

—Vamos, es hora de irnos—estira su mano, y el pelinegro duda en tomarla.

—No le hagas caso Miguel, ven vámonos—Mattius también estira sus brazos.

El ojinegro no sabía qué hacer, se sentía tan frustrado. No quería dejar a Mattius por lo muy atento que era, y además debía seguir el plan. En cambio, Ruben el daba cierto miedo, y si le daba la mano haría lo que ha estado pasando por su mente desde hace días.

—Iré con Ruben, ¿vale?—murmura en el oído del ruloso—Terminaré con él—le guiña un ojo, y el ojiazul sonríe.

El ojiazul asiente, y deja que Miguel tome la mano de Ruben, el cual sonríe en forma de victoria. Al sentir la mano de su novio, lo atrae hacia sus labios y lo besa con desesperación; el pelinegro quería zafarse del agarre, pero Ruben muerde su labio inferior con fuerza y así causando que un poco de sangre brotara en su labio.

—¿Qué diablos, te pasa?—pregunta molesto y pasa uno de sus dedos por su labio.

—No, la pregunta aquí es..—lo toma de la cintura, haciendo que ambos cruzaran miradas—¿Qué diablos te pasa a ti? ¿Por qué estabas con el hermano de Mark? ¿Por qué estaban por besarse? ¿Acaso.. ya no me amas?—sus preguntas eran estocadas para el corazón de Miguel, pero tenía todas las respuestas en su mente, sólo que no quería decirle.

—Yo.. Ruben, escucha—baja la mirada al suelo, pero el nombrado lo toma del mentón y hace que vuelva a mirarlo—Ya no me gustas. Sí, fueron unos meses muy bonitos junto a tí, pero tú eres muy agresivo, y no me gusta ese estilo. [N/A Esto me hizo recordar a Zayn Malik] Lo he estado pensando, y conocí a Mattius.. él es todo lo que buscaba, lo lamento tanto Ruben—muerde su lengua conteniendo la risa. Si tan sólo supiera que ha estado saliendo con Mattius todos estos días para llevar a cabo su broma.

El rostro del ojiverde cae, y quita sus manos del cuerpo de Miguel. Quería llorar en ese momento, pero como toda persona vengativa sonríe y retrocede un par de pasos.

—Bueno, tú tampoco me gustabas. En realidad, Mark me retó a salir contigo.. Así que él sentimiento es mutuo, ¿no crees?—dice mientras observa como los ojos negros del pelinegro se llenan de lágrimas.

Miguel no podía creer lo que escuchaba. Las lágrimas caían por su rostro, mientras sentí su corazón partiéndose de a poco a poco.

—¿P-Por qué lloras? ¿Acaso no te gustaba?—trata de acercarse, pero el ojinegro se aleja.

—E-Era.. una broma.

Lamento la demora, tuve problemas familiares en estos días.