2) El Escape

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Mi corazón empezó a latir rápidamente cuando llegué al estación de autobús. Tenía miedo porque no sabía lo que hacía. Nunca había hecho algo así y mucho menos sola. Me recordaba que estaba sola y no tenía a nadie.

Leí los destinos indicados. Ninguno me llamó la atención hasta que miré MEXICALI, BC, MX. Lo que verdaderamente me llamo la atención fue Mexico. Pensé en mi primo-hermano, Rigo. Él me cuidaría. Siempre me sentí segura con él aunque nomas lo había  visto un par de veces en mi vida. Me acuerdo que lo veía cuando era un niña. La ultima vez que lo vi fue cuando nos visitó dos años antes. Nos unimos mas desde entonces. Él me pareció muy interesante porque nunca había conocido a una persona como él. Era una persona alegre y muy carismático. Siempre estaba muy sonriente. No dejaba que la amargura de los demás le invadiera su autoestima.

La próxima salida a Mexicali era a las 8:15. Compré el boleto y esperé que pasara el tiempo. Miré a mucha gente mexicana mientras esperaba. Supongo que era gente que regresaba a su tierra natal.

***

Un señor de mayor edad, tal vez de 70 años, estaba sentado a un lado de mí.

"¿A donde vas a ir?" Me preguntó con una sonrisa.

No tenía ganas de conversar pero aún le contesté sin revelarle demás.

"A México ."

"Yo también. Voy a Sonora para la boda de mi hija. Vivimos aquí pero ella quiso casarse allá porque toda la familia esta allá."

No supe que responderle así que no más le sonreí. Nunca fui muy buena para comunicar por eso pienso que no tuve muchos amigos.

"¿A donde dijiste que ibas?" Me preguntó de nuevo.

"A México."

"¿A qué parte?"

"Mexicali."

"Ah, no tan lejos. ¿Tienes familia ahí?"

"Sí," le mentí. Estaba segura de que mi tío me buscaba y no quise arriesgarme. Me arrepentí haberle dicho al anciano a donde iba.

El señor volteó para todos lados, como si buscaba algo o a alguien. Después me miró otra vez con una expresión de confusa.

"¿Dónde están tus papás?"

"En el cielo," pensé. "Están en Mexicali. Ellos se fueron ayer. No querían que faltara a la escuela. Pero ahora voy en camino," le mentí.

Era muy buena y rápida para inventar mentiras e historias.

"¿No te da miedo viajar sola?" Preguntó preocupado.

"Al principio sí. Pero ya estoy acostumbrada."

"Entonces has viajando sola muchas veces, ¿verdad?"

Me sentí incómoda. No le quise seguir mintiendo.

"Sí, claro."

"Debes ser muy valiente porque es muy peligroso para que una niña de tu edad viaje sola."

Después pensé que el señor a deber pensando que estaba chiquita. La gente siempre subestimado mi apariencia. No aparentaba mi edad. "Voy a estar bien. Mis papás me estarán esperando para cuando llegue."

Sonrió y eso fue lo ultimo de nuestra conservación. La verdad me alegró un poco porque no quería mentir. No me gustaba. Mi padre alguna vez me dijo que la mentira es la excusa de los cobardes. No quise ser cobarde. Por eso es que no mentía cuando era niña.

La Morenita de SinaloaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora