10) La Morenita de Sinaloa

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"Y si en tu mano llevaras mi anillo grabado
Piensa mi bien que yo
Soy la que más te amo."

Mi primo chifló y aplaudió inmediatamente. Él fue el primero. Después, la demás gente siguió con aplausos.

"Gracias," sonreí de la emoción.

Cuando bajé del escenario, me encontré con Rigo. Me abrazó y me levantó con emoción.

"Hiciste muy mien, eh. ¡Fue increíble!"

Después me soltó y me felicitó Tina con una sonrisota y un fuerte abrazo.

"Elena, él es Don Beto. Es encargado de organizar eventos especiales. Él nos dio la primera oportunidad, eh."

"Mucho gusto."

"Igualmente. Cantas bonito, mija. Nada mas que estabas un poco nerviosa."

"Yo diría que muy nerviosa."

"Fue tu primera vez. No te agites."



Un Mes Después

Estaba emocionalmente exhausta. Había cumplido 16 años unas semanas antes. Yo no sabía si sentirme contenta. De niña, mi papá nos había prometido a mi hermana y a mí una fiesta de quinceañera. Él murió justo antes que ella los cumpliera. Perdí a mis padres en corto tiempo. Imaginaba cómo sería mi vida si ellos vivieran.

"Mira, cuando cumples los 18, te vamos a hacer la fiesta mas grande que hayas visto. Todos van a querer que los invitemos. Y todos los que no, se van a morir de la envidia, vas a ver," dijo Rigo.

"Si tú lo dices."

"¿Qué, no me crees?"

"No es que no te–" se oyó un toque en la puerta mientras explicaba.

"¿Quién será?" Preguntó Tina mientras fue a contestar la puerta. "Hola. Rigo, te buscan. Es Emilio."

"¿Qué tal, Emilio?" Saludó Rigo antes de salir afuera y cerrar la la puerta de atrás de él.

"Oye Tina, ¿que no te enfadas de estar aquí encerrada?"

"Bueno aveces," contestó algo pensativa. "Quieres salar a caminar?"

"Pues sí."

"¿A donde van?" Preguntó Rigo cuando salimos y pasamos por la camioneta, donde él y Emilio se recargaban.

"Vamos a caminar para distraernos," contestó Tina.

Noté que Emilio tenía una sonrisa coqueta mientras me estaba hechando el ojo. Yo tampoco le quité la mirada por si acaso él se atrevía mirar de mas.

"'Ta bueno. Nada más que no se les vaya oscurecer," agitó la mano cuando Tina y yo empezamos nuestra caminata.

"Adiós, Elena," escuché a Emilio despedirse.

Para no ser grosera, devolví la despedida.


Días Después

Tina y yo estábamos sentadas en la sala, mirando una película antigua. "A Toda Maquina" con Pedro Infante y Luis Aguilar era la que veíamos. Nunca entendí las películas de esa época. Sólo las miraba porque me parecían bonitas e interesantes. La única escena que recuerdo es cuando los dos personajes están en su motocicletas y cantando sobre la lluvia.

La Morenita de SinaloaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora