4) Mexicana Verdadera

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Me desperté a ver mi cuarto luminosa. Por un momento no supe en donde estaba. Volteé al buró y miré un reloj. Casi salté de la cama cuando miré la hora. Tendí mi cama y mi alisté. Después de haberme lavado los dientes fui a la sala.

"¿Dormiste bien?"

Miré hacia la cocina y allí estaba Rigo, sonriendo.

"No estoy acostumbrada."

"Tienes hambre, ¿verdad?" Cambio de tema.

Antes de que pudiera contestar, se escucho un fuerte rugido de mi estómago.

Rigo pelo los ojos y me veía el estómago.

"Pues entonces vamos a comer unos tacos."

Sonreí un poco mientras nos llevo a mí y a Justina la puerta.

***

"Estos son los mejores tacos de Culiacán. Grábatelo bien en la cabeza, Tacos Don Manuel."

"Hola Rigo, ¿que van a comer hoy?" Preguntó un señor.

"Hola. ¿Cómo está Don Manuel? A mí deme tres al pastor," contestó Justina.

"¿Y tú?" Me preguntó Rigo.

"Dos de carne asada."

"¿Y de tomar?" Pregunto Don Manuel de nuevo.

"Denos tres cocas."

Mientras comíamos, noté que unos niños del otro lado de la calle estaban cantando y bailando.

"Se están preparando para el día del niño," Rigo contesto mis pensamientos.

"¿Cuándo es?

"Miércoles, el 30 de abril. Algunos cantan y otros bailan folclórico. Después se juntan para comer con los maestros y los padres."

Yo no supe de ese celebración tradicional. Tenía mucho por aprender.

Después de almorzar, Rigo y Justina decidieron ir a caminar y enseñarme los lugares de Culiacán más cercanos a casa. Vivíamos en una vecindad donde se sabía todo. Rigo lo describió como "Las narices de todos respirando bajo tu cuello." Me dijo que no me preocupara por lo que dirían de mí.

***

"Elena, no eres estadounidense," Rigo intentaba de convencerme. Hablaba enserio. Él no era así. Era exactamente lo opuesto.

"Nadie debe saber que eres Estadounidense."

"¿Porqué?" Pregunté confundida.

"No es bueno que la gente sepa que vienes de los EE.UU. Se aprovecharán de ti."

The silla chirrió cuando me respaldé sobre ella. Él tomó mis manos desde el otro lado de la mesa. Su mirada demostraba sinceridad del cual nunca le había visto.

"Si se enteran, quién sabe lo que pase. Podrá pasar muchas cosas. Pero eso es mejor que no lo sepan."

De repente me dio miedo y empecé a dudar al vivir en Culiacán.

"Mira, esta es tu historia. Tú naciste en las afueras de Culiacán pero fuiste creada en Guasave." Agachó la mirada y tragó despacio. "Y lo demás queda igual," terminó con los ojos mirando a los míos. Se refería a la muerte de mi mama y de Marisol.

La Morenita de SinaloaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora