11) Nieves de Enero

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"¿La Morenita de Sinaloa?"

"¿Qué, no te gusta?" Rigo se rió.

"¿De dónde sacaste eso?"

"¿Cómo qué de dónde? ¿Pues apoco no eres morena? Morenita por chiquita y pues por si no te has dado cuenta estamos en Sinaloa, ¿eh? Hiciste bien. Eres una natural, lo tienes en la sangre. Tus papás también cantaban. Ellos se expresaban a través de la música y del canto. Ahora tú sigues sus pasos."

"¿Cómo, ellos les cantaba al público?"

"Tú mama sí. Ella cantó en fiestas y celebraciones, en mayor parte. Antes de que se conocieran ella y tu papá, había grabado dos discos. Ella fue 'La Margarita del Pueblo'. La gente la quiera por su amabilidad y sencillez. La gente le dio su aprobación por su voz extraordinaria."

Sonreí al acordar a mi madre. Recuerdo que sí cantaba, pero sólo casualmente. Yo no sabía que era cantante local de Culiacán.

"¿Y mi papá?"

"Él no fue famoso pero sí tenía el talento. Nos cantaba a la familia y amigos en las fiestas o reuniones. Heredaste el talento del canto de los dos. ¿Apoco no crees que cantas bien? La gente te aplaudió. Yo creo que sí te apoyan."

Faltaba poco para que se acabara el evento cuando nos fuimos. En cuanto llegamos a la casa, me dirigí directamente a mi habitación para descansar. Estaba muy cansada de los nervios que tenía encima de mí. Pensaba en mis padres mientras estaba recostada en la cama. Había muchas cosas aún que no sabía de ellos. Quería saber más, saber cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cómo llegaron a los EE.UU.

***

La siguiente mañana, Rigo tocó la puerta de mi cuarto cuando vio que no me había levantado.

"Oye, Morenita, ya es tarde. ¿No piensas levantarte?"

"No tengo ganas de nada," encogí los hombros.

Él entró al cuarto y se sentó en la esquina de mi cama. "¿Es porque ayer mencioné a tus papás?"

"Los extraño mucho. A Mari también, aunque ella no me haya querido."

"¿Porqué dices eso? Ella era tu hermana. Ella te quería."

"No. Después de que murió mi papá, se portó indiferente conmigo."

"Pero no era porque no te quería, fue porque perdió a su padre."

"Yo también."

"Hubo ciertas cosas que ella sabia y que tú no... Aún no las sabes. Se enteró cuándo murió tu papá."

Me acomodé a sentarme y lo miré curiosamente. "¿Qué cosas?"

"Después te enterarás."

"¿Porqué no me lo dices ahorita?" Le supliqué.

"Eres muy chica para entender."

"Marisol tenía 13 años cuándo murió mi papá. Yo tengo 16," dije un poco molesta.

"Pues, por eso estaba resentida hasta el día que murió, porque no entendía lo que sabía. No quiero que te afecte como le afectó a ella. Ahorita quiero que disfrutes de la vida sin pensar, porque la vida es muy corta para que te la pases preocupando todo el tiempo."

La Morenita de SinaloaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora