20) Muchacha Bonita

250 1 0
                                    


Semanas después, con mucho esfuerzo Eduardo consiguió trabajo en una gasolinera como despachador de gasolina y lava-carros. Tenía tiempo que se había mudado con un amigo. Y nosotros dos habíamos fortalecido nuestra relación mientras pasaban los días.

Él aún intentaba de hablar con su familia, sobretodo con su madre que por cierto no entendía razón. Pero él seguía molesto y decepcionado aunque hayan pasado varias semanas.

En medio de toda esa novedad, aparentemente sucedían otros nuevos cambios:

Domingo, 6 de septiembre 1987

Para evitar el gran calor y humedad, Enrique reservó un salón para la siguiente presentación. Era un salón pequeño pero eso era lo de menos. La presentación sería a las cinco de la tarde. Ese horario me pareció muy temprano. Era cuando más calentaba el sol.

Los atendidos eran pocos, algo que esperaba por debido al horario. Otra diferencia fue que sólo eran hombres, hombres de segunda y tercer edad.

Algo empezó hacerme sentir incómoda. Supe que el conjunto lo sospechaba por eso tomaron el control de las canciones que seguirían. Yo les seguí con la letra.

Los hombres me miraban muy feo. No me gustó para nada la sensación que estaba sintiendo en ese momento. Era cómo estar en una cueva de lobos hambrientos. No creí estar tan nerviosa antes. Fue un gran alivio cuándo terminó la última canción antes del reseso.

Bajé el escenario por al lado apuradamente, antes de encontrar un lugar para esconderme.

"¡Oye! ¿Qué pasó? ¿Porqué estabas tan nerviosa?" Enrique me tomó por sorpresa.

Su pregunta hizo que me diera cuenta de una cosa. "No estoy nerviosa. Tengo miedo."

"¿Miedo, de qué...? ¿Miedo a la audiencia? ¿A tu público?"

"Esos hombres no son mi público. Esos hombres llegaron a tomar y a divertirse con al hecho que hay una jovencita sobre el escenario cantando. Ellos no vinieron a verme."

Llegando a casa, mi primo me sorprendió con el tema que rodeaba en mi mente desde que salimos del salón.

"En el baile, estaba viendo una cosa. Se te quedaban mirando los hombres. Los andas alborotando sin querer."

"¿Qué?" Reaccioné asustada.

Rigoberto no había notado mi comportamiento por el hecho que estaba ebrio y hablando con Emilio durante la presentación. Pero Emilio sí, y le causó excitante. Él también me miraba cómo los demás.

"Ya te estás haciendo mujercita. Y no van a faltar los hombres en hacértelo saber. Así que hay que andarte con cuidado, ¿eh? Yo me voy hacer cargo de eso."

"¿Cómo? ¿Qué es lo que vas hacer?"

"No te preocupes. Eso déjalo a mí."

***

El día siguiente sería más agradable porque iba a verme con Eduardo después de varios días.

Habíamos pasado la tarde cómo otras veces. Siempre íbamos a la plaza o al parque a comer un helado y a platicar. Pero ese día fue que me daría una buena noticia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Morenita de SinaloaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora