Capítulo 8

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I

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I

Bucarest.

James Buchanan Barnes había llegado hace unas horas a Bucarest y su primera misión había sido hallar lo más pronto posible un lugar en donde refugiarse; admitía que no había encontrado algo de lo que pudiera estar orgulloso, pero tenía todo lo necesario y serviría para ocultarse por un tiempo.

Acababa de salir al mercado para abastecerse de comida, había pensado en comprar comida instantánea ya que no se consideraba muy bueno en la cocina, pero un puestos de ciruelas captó su atención. Aún llevaba el jockey en su cabeza para camuflar un poco su identidad, no podía confiarse. Estaba esperando para cruzar la calle cuando notó que en uno de los quioscos el dependiente lo observaba demasiado, casi analizándolo, pasando su vista de él a un periódico sobre el mostrador.

Bucky se acercó con premura al pequeño quiosco,  provocando que el dependiente de comercio huyera con pavor. Tomó el periódico y pudo leer claramente el gran titular en donde se anunciaba que el Soldado del Invierno había provocado un atentado en el Complejo de las Naciones Unidas.

Asumió de inmediato que estaba en problemas. Debía moverse rápido y escapar.




II

—¿Mi trasero luce muy grande en este traje? —inquirió Emma, haciendo una mueca de disconformidad mientras se giraba.

Sam fue a contestar, pero Steve le dio una mirada de advertencia.

—Quizá solo aumentaste de talla —comentó Steve, algo avergonzado con el tema.

—Me llamaste "gorda".

—No, pero me enorgullezco de que hallas aumentado una o dos tallas desde que te uniste a nosotros.

—Supongo que sí —aceptó Emma, recordando lo delgada que había llegado a la Torre Vengadores tras cuatro meses secuestrada por HYDRA—. Como sea. Exigiré un nuevo traje cuando todo esto termine.

—No te quedes en los detalles —le animó Sam, abrazándola por los hombros—. Además, con tus nuevas curvas quizá logres convencer a Barnes.

Emma se contuvo de golpear a su amigo y solo resopló, ganándose la burla de Sam y un "acepta que aún así me quieres" de su parte, a lo que por supuesto se negó. Era mentira, claro. A esas alturas de verdad apreciaba a Sam Wilson, y lo más importante, confiaba en él.

—Sam, ve por aire. Avísanos cuando Fuerzas Especiales llegue —ordenó el Capitán, luego miró a su compañera—. Tú y yo iremos a buscar a Bucky.

—Ya lo encontré. Estamos cerca.

—Eres como un detector de personas... —comentó Steve, perplejo.

Huske (Bucky Barnes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora